Domingo I de Adviento

Cicle: 
C
Temps: 
Advent
Domingo, 2 Diciembre 2018
P. Josep Vilarrubias Codina, cmf

El Adviento es una llamada a la confianza ante las oscuridades de la sociedad y de nosotros mismos

Comienza el Adviento. Tiempo de espera. Espera ¿de qué? Espera de que la venida de nuestro Salvador en el mundo aparezca como una luz en nuestra oscuridad. Una luz que ilumine dentro de nosotros aquella aspiración que todos llevamos en la raíz de nuestro ser, con la que hemos sido creados. Llevamos arraigada una aspiración de infinitud, de ser liberados, de ser profundamente amados y de amar, aspiración a la felicidad, aspiración que tiene sentido: es la esperanza, la esperanza del Adviento.

Nuestras aspiraciones más profundas a menudo se van cubriendo de hojarasca, de un poso de mundanidad, de egoísmo, de rutina, de inconsciencia... Jesús vendrá a poner su luz. Sólo será necesario que en este Adviento sepamos limpiar con un estilo de vida sobrio, con la oración y la entrega a los demás.

Los textos bíblicos de este primer domingo nos hacen mirar hacia el futuro, a la venida de Jesucristo nuestro juez y salvador al final de los tiempos, la Parusía. De ahí el lenguaje apocalíptico que presenta bajo la simbología de imponentes fenómenos cósmicos que deben preceder a la llegada en gloria y majestad de Jesucristo vencedor definitivo del mal y de la muerte.

La intención de Jesús ciertamente no es catastrófica. Lo podría ser para aquellos que de ninguna manera han querido aceptar la primera llegada de Jesús como Mesías. La parusía de Jesús "con gran poder y gloria" no nos debe producir angustia sino alegría y confianza: "Cuando empiece a suceder esto, levantaos, levantad la cabeza bien alta porque pronto seréis liberados".

Esta consideración de la Parusía nos purifica la mirada para vivir más nítidamente la celebración de la Navidad de Jesús en el portal de Belén.

Y no olvidemos que en la Navidad celebramos sobre todo la venida de Jesús cada día a nosotros para comunicarnos su gracia y salvación: "Yo estaré cada día con vosotros hasta el fin del mundo".

Y en el caso de sentirnos tentados de cansancio o desánimo en una sociedad descabellada, en una Iglesia que también nos hace sufrir, o ante los recuerdos personales que no nos dejan bien parados, la Navidad es un anuncio que nos hace sentir acompañados y salvados: Dios que viene cada día a nuestras vidas para comunicarnos su Alegría y su Vida.
El Adviento pues, es una
llamada a la confianza, es "una escuela de esperanza" ante las
oscuridades de la sociedad y de nosotros mismos.

Quedémonos ahora con las últimas palabras de Jesús en el Evangelio de hoy:

Estad alerta
Orando en toda ocasión...
Y pedid que podáis manteneros
de pie ante el Hijo del Hombre.

Tipus recurs pastoral: