Domingo de Ramos
El mejor sentimiento al contemplar la Pasión y Muerte de Jesús es el agradecimiento
Para entrar de lleno en el mensaje del domingo de Ramos nos irá muy bien contemplar los sentimientos de Jesús en aquel evento: el gozo por la gente sencilla que lo aclama en Jerusalén en contraste con la angustia por lo que le espera de sufrimiento en esa misma semana. Así podemos encajar la celebración festiva de los Ramos con la liturgia dolorosa de la Pasión.
* Bendición de los Ramos y procesión: Los ramos bendecidos en las manos de los niños y de todos los fieles son una expresión gozosa y agradecida de la comunidad cristiana que aclama al Mesías Salvador en este momento suyo de alegría y de dolor. "Bendito el que viene en nombre del Señor".
Lecturas bíblicas entorno a la Pasión y Muerte de nuestro Salvador:
El profeta Isaías: Leemos una parte del cuarto canto del Siervo del Señor. El Viernes Santo se proclamará todo entero. Del Siervo del Señor se dice:
- El Señor me ha dado una lengua de iniciado para saber sostener a los cansados.
¡Nuestros cansancios! ¡Y los cansancios de tantos hermanos nuestros! Jesús un día dirá: Venid a mí los que estáis cansados y agobiados... Y en el salmo del Buen Pastor cantamos: "El Señor me hace reposar junto al agua..." En este reposo del alma es donde podemos seguir escuchando:
- De una mañana a otra me espabila el oído, para que escuche como un discípulo. Veo una invitación a la oración silenciosa en que dejamos aparte todas nuestras preocupaciones, intenciones, recuerdos, y como discípulos lo escuchamos:
- He ofrecido la espalda a los que me golpeaban, y las mejillas a los que me arrancaban la barba. No he escondido la cara ante las ofensas y los escupitajos. Admiración y agradecimiento. En el tema de la Pasión de Jesús no hay que llorar mucho. Jesús hoy es glorificado. Él no sufre; pero sí, sin embargo sufre en el sufrimiento de los hermanos... y en los nuestros. El mejor sentimiento al contemplar la Pasión y Muerte de Jesús es el agradecimiento, un agradecimiento enamorado.
- El Señor me ayuda; por eso no me doy por vencido. Lo vemos en personas concretas que nos mueven a compasión y al mismo tiempo nos admiran por la forma serena con que viven su situación. Seguro que conoces alguna.
* El salmo 22 (21) "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?... Este grito del salmista Jesús lo hará suyo en el Calvario. Tanto dolor nos remueve. No lo llegamos a entender. Algo nos aproximamos ante los hechos que leemos cada día, y los que no leemos, de gente en situaciones extremas de dolor, persecución, soledad, marginación, emigración... Jesús se ha encarnado verdaderamente en nuestra humanidad. Pero no nos quedemos aquí. Leamos el salmo hasta el final: encontraremos el resultado de la confianza en tanto dolor, confianza que lleva el salmista a proclamar cómo el Señor le ha ayudado, y lo celebra con cantos de alegría, que quiere proclamar a las generaciones que vendrán: El Señor me ha escuchado. Anunciaré su nombre a mis hermanos, te alabaré en medio del pueblo reunido... Vendrán a anunciar su bondad al pueblo que ha de nacer, y dirán: ¡¡El Señor ha hecho esto!!
* De la carta a los Filipenses. El fragmento que leemos es un himno a Jesucristo que por lo visto ya antes se cantaba en algunas comunidades primitivas. En la línea del salmo 22, Jesús al encarnarse se hace nada, se humilla hasta el extremo por nosotros y el Padre lo exalta: que a su nombre toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y bajo la tierra (los antepasados), y que toda lengua reconozca que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre.
* Lectura de la Pasión del Señor.
Considero que no es necesario comentar mucho el relato de la Pasión. Es preferible la lectura personal directa a corazón abierto. Pero me permito unas sugerencias:
- Las personas que interfieren con Jesús desde el camino del calvario hasta la muerte hacen pensar que Lucas nos ofrece una lectura dirigida a nosotros como discípulos:
• Simón de Cirene y las mujeres que lloran no son espectadores o testigos casuales. Son referencias al discípulo seguidor: Al Cirineo le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. (Expresión significativa para los discípulos seguidores).
• Las mujeres de Jerusalén que enlutadas se lamentaban dándose golpes de pecho, nos hacen pensar en nuestra llamada a llorar nuestras caídas y a convertirnos.
• Al morir Jesús en la cruz el evangelista comenta: Todos sus conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea se mantenían a distancia mirando. No parece que el evangelista lo diga como de paso. Nos indica que sólo la meditación y la contemplación revelan el significado profundo de los hechos.
El relato de la muerte de Jesús es escalofriante. No sería bueno de quedarnos con una fuerte impresión y basta. Me ha gustado el comentario de un buen amigo: Más que en LA MUERTE, quiero centrarme en el AMOR.