Domingo XXI del tiempo ordinario

Cicle: 
C
Temps: 
Durant l'any
Domingo, 25 Agosto 2019
P. Josep Vilarrubias Codina, cmf

"Corred, mirad de entrar por la puerta estrecha"

¿Qué puerta?

Lucas aprovecha los finales del camino a Jerusalén para acumular sentencias importantes dichas por Jesús, probablemente en varias ocasiones. Estas últimas semanas cada domingo nos hemos encontrado con alguna lección de Jesús que, si es que nos lo queremos tomar en serio, nos sorprende o quizás nos desconcierta. Nos compromete para hacernos crecer.

Aquellos sabios y religiosos judíos pensaban que ellos y sus seguidores eran los únicos que se salvaban. No debían tener en cuenta a los profetas, como Isaías en la primera lectura de hoy: "yo mismo vendré a reunir a la gente de todas las naciones y de todas las lenguas... Enviaré algunos de los supervivientes a las otras naciones, a Tarsis, a Fud y Alur, y a las islas lejanas que nunca habían oído hablar de mí... De todas las naciones llevarán ofrendas... Dicen los entendidos que Tarsis eran nuestras costas mediterráneas... y las islas lejanas debían ser las Baleares. Y en el salmo aquellos religiosos letrados podían leer: "Alabad al Señor todos los pueblos, aclamadlo todas las naciones...".

Alguien preguntó a Jesús: ¿Son pocos los que se salvan? Él no tiene por qué responder a una cuestión situada entre las discusiones tan queridas por algunos maestros de la ley. Y aprovecha para recordarnos una vez más que no es tan barato vivir en línea con el Reino de Dios, el camino de los salvados. Va directamente a lo esencial y decisivo: cómo actuar para no quedar excluidos de la salvación que Dios ofrece a todos: Dice: Corred, mirad de entrar por la puerta estrecha. Lo deja claro: debemos esforzarnos y trabajar para poder entrar.

Dios quiere que todos se salven, él nos ama a todos, él es nuestro Padre y nos muestra el camino para alcanzar su vida eterna. Llamados a ser hijos del Padre en el Hijo Jesús; y si hijos herederos, coherederos con Cristo. Lo leemos en los versículos 14 al 17 de la carta a los Romanos. Coherederos con Cristo si es que compartimos su pasión, compartimos también la transformación gloriosa. Compartir los sufrimientos de Jesús: esta es la puerta estrecha de la salvación. Dios es Amor, y la pasión de Jesús es la máxima expresión del Amor de Dios. Compartir el amor de Jesús es la clave para compartir su herencia filial, la salvación: ésta es la puerta estrecha. Afortunadamente el amor con que Jesús ama se hace bien transparente, lo manifiesta en la forma de actuar con las personas.

Cuando nos habla de la ley con la que seremos juzgados nos dice: "venid a mí todos los que cuando yo tenía hambre me disteis de comer y cuando tenía sed me disteis de beber, era forastero y me acogisteis, necesita vestido y me vestisteis, me encontraba enfermo o en la cárcel y me visitasteis".

Pues ya tenemos la puerta estrecha.

Parece que no todos podrán entrar. Jesús pone la comparación de la casa cuando el dueño, al llegar la noche, se levanta y cierra la puerta. Después ya será tarde para entrar. Entonces algunos desde fuera llamarán: señor, ábrenos. El dueño dirá: no sé de dónde sois. Y ellos responderán: "comíamos y bebíamos contigo y tú enseñabas en nuestras plazas". Y la respuesta será: "no sé de dónde sois. ¡Lejos de mí, todos vosotros que obrabais el mal!".

Por la puerta estrecha entrarán quienes han sabido amar como Jesús a los hermanos, sobre todo los más débiles.

Y no nos equivoquemos. Algunos podrían decir: yo cumplía bien las prácticas de piedad, las costumbres religiosas, ¡tenía un prestigio en el mundo clerical! Yo tengo el cielo asegurado. ¿Qué más podría hacer para salvarme? Mira hermano, tú siempre vivías centrado en ti mismo, pasabas de largo por el camino de los humillados, de los marginados, de los insolventes, oprimías a tus trabajadores,... Las prácticas religiosas eran para fortalecer tu amor cristiano, pero tú de amor no querías saber nada. Jesús dirá: no sé quién eres, lejos de mí los que obrabais el mal.

Los últimos de ahora serán después los primeros, y los que se ponga la medalla de ser los primeros, serán los últimos.

El mensaje de hoy, pues, en dos palabras: CONFIANZA Y COMPROMISO.

Tipus recurs pastoral: