Domingo XXII del tiempo ordinario

Cicle: 
C
Temps: 
Durant l'any
Domingo, 1 Septiembre 2019
P. Josep Vilarrubias Codina, cmf

Sed humildes / sed generosos

Era en sábado, día de culto en las sinagogas. Tras el oficio religioso se acostumbraba a disfrutar de una buena mesa. Jesús en aquel sábado fue invitado por uno de los principales fariseos. Lucir la presencia en la mesa de un invitado importante podía sumar puntos. Jesús era ya un personaje bien conocido y admirado. La invitación podría ser con una intención capciosa por parte del entorno farisaico. Lucas dice que algunos fariseos estaban observando a Jesús.

Él no pierde el tiempo y aprovecha como siempre la ocasión. Ha observado cómo algunos de los invitados van derecho hacia los primeros asientos. Y dice: "cuando alguien te invite a un banquete de boda no te pongas en el primer lugar. ¿No ves que puede venir el dueño y decirte que cedas el lugar preferente a quien le corresponde? Ve derecho a los lugares más humildes. Saldrás ganando. Incluso puede que el dueño te diga: hombre, tú tienes que estar más arriba... Es una clara invitación del Maestro a ser humildes.

Ser humildes

Santa Teresa de Jesús decía que "humildad se andar en verdad". Ahora tal vez diría: humildad es aceptarse a sí mismo. Autoestima en la medida justa. Empezando porque el Señor te ama con un gran amor; tal como eres él te ama. Él te conforta, te perdona, te rejuvenece. Te invita a vivir con humildad agradecida.

No hay humildad en abstracto sino personas humildes en concreto. Tú y yo somos llamados por Jesús a crecer en humildad. Sabernos pobres, aceptarlo, y vivirlo en paz y confianza como un hijo en el regazo de Dios Padre y Madre.

Si nos lo proponemos, sólo con nuestras propias fuerzas no saldremos al paso. Podría resultar una falsa humildad que es una de las formas más solapadas del orgullo. Debemos ser conscientes de que el Espíritu Santo actúa en nosotros y nos va modelando según la imagen de Jesús; en la medida en que lo dejamos actuar, claro.

- Necesitamos observar a Jesús con el corazón, contemplarlo en su humildad. Venid a mí que soy manso y humilde de corazón.

- Pedirle insistentemente esta humildad evangélica.

- Reconocer, valorar y proclamar los dones y cualidades de las otras personas. Y no compararnos con ellas, que las comparaciones siempre son arriesgadas.

- Cantar con María: El Señor se ha fijado en la pequeñez de su esclava. Él que ha humillado a los orgullosos y ensalzado los humildes...

Ser generosos

Jesús, al despedirse del fariseo que lo ha invitado, le expone su propio criterio sobre la elección de los invitados a un banquete. Invitar a aquellos que te podrán recompensar no es la manera de mejorar el mundo. Invitar a quienes nadie invita y que no lo pueden recompensar, los pobres, lisiados, cojos y ciegos.

Muchos y muchas, escuchando a Jesús, ya han dado la vuelta a su escala de valores; son los que verdaderamente actúan por un banquete universal de paz, justicia y amor abierto a todos. De su vida hacen un banquete con invitación preferente a los más débiles, marginados y maltratados.

Tipus recurs pastoral: