Bautismo del Señor

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Navidad
Data : 
Domingo, 7 Enero 2024
Vivir, como tú, guiados por el Espíritu y haciendo el bien

Señor Jesús,
hemos escuchado la voz del profeta
llamando a los sedientos
a acercarse al agua,
y tú declaraste felices
a los que tienen hambre y sed de justicia
y de escuchar la voz del Padre;
por eso te pedimos que siempre
tengamos hambre y sed de tu palabra,
deseo profundo de vivir, como tú,
guiados por el Espíritu y haciendo el bien,
hambre y sed de un mundo con más respeto
y mayor dignidad para cada persona.

Que tu palabra y la Eucaristía que celebramos
nos hagan compartir tus deseos;
que te escuchemos de tal modo
que nuestro corazón se vaya transformando
y se haga realidad el proyecto del Padre;
que el Espíritu que habita en nosotros
nos haga inconformistas
con cuanto hay en el mundo
de negativo y falto de amor.

Hoy agradecemos especialmente
nuestro bautismo,
que nos da a conocer
nuestra identidad más profunda
y nuestra vocación:
ayúdanos, Señor Jesús, a ser fieles a ella,
a vivir con alegría tu evangelio;
que tu Espíritu Santo llene nuestras vidas
y nos acompañe cada día
en el camino de vida que nos propones.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sintamos que somos hijos muy amados del Padre

Señor, con tu bautismo
vuelves a recordarnos que quieres ser
uno de nosotros.
Con el Bautismo tomaste conciencia
de la misión que el Padre  te había encomendado.
Te sentiste muy amado de Dios
y capaz de vencer las contrariedades
que pudieran presentarse.

Señor, quisiste que te bautizara Juan.
Esperaste tu turno como uno más.
Que tu ejemplo nos haga
más comprensivos con las personas
que están al frente de nuestras comunidades.
Que sepamos agradecerles
su dedicación y su ministerio.

Señor, que en los momentos de duda
recordemos nuestro bautismo.
Que sintamos  
que somos hijos muy amados del Padre
y que él se siente inmensamente feliz
cuando nos mira.
Que vivamos nuestra filiación divina
con toda naturalidad de los hijos
que se sienten bien en casa.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
En ti me complazco

Padre,
encuentro muy normal tu actitud,
llena de ternura y amor, hacia tu Hijo. 
Entre vosotros existe una comunión total. 

Con el bautismo, él asume su misión
y toma el camino de todos los que desean
vivir una vida humana plena y fiel,
de acuerdo con tu Proyecto de Amor.

No se avergüenza de mezclarse con pecadores,
¡porque son ellos los que más lo necesitan!

Así se convierte en el pionero
de todos los que creen en ti
y sienten la necesidad de vivir en una situación
de conversión permanente.

Con el bautismo, nos has dicho que, como Jesús,
somos tus hijos e hijas amados
y nos has ofrecido la presencia de tu Espíritu.

Ayúdame a no oírlo y a seguir a Jesús con ilusión,
para que aprenda a vivir como hijo tuyo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Transformar el corazón para hacer realidad el proyecto del Padre

Señor Jesús, hemos escuchado la voz del profeta
llamando a los sedientos
a acercarse al agua,
y tú declaraste felices
a los que tienen hambre y sed de justicia
y de escuchar la voz del Padre;

por eso te pedimos que siempre
tengamos hambre y sed de tu palabra,
deseo profundo de vivir, como tú,
guiados por el Espíritu y haciendo el bien,
hambre y sed de un mundo con más respeto
y mayor dignidad para cada persona.

Que tu palabra y la Eucaristía que celebramos
nos hagan compartir tus deseos;
que te escuchemos de tal modo
que nuestro corazón se vaya transformando
y se haga realidad el proyecto del Padre;

que el Espíritu que habita en nosotros
nos haga inconformistas
con cuanto hay en el mundo de negativo

y falto de amor.

Hoy agradecemos especialmente nuestro bautismo,
que nos da a conocer
nuestra identidad más profunda
y nuestra vocación:

ayúdanos, Señor Jesús, a ser a fieles a ella,
a vivir con alegría tu evangelio;
que tu Espíritu Santo llene nuestras vidas
y nos acompañe cada día
en el camino de vida que nos propones.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Por el bautismo fui sumergido en tu vida

Gracias, Señor, por el don del bautismo.
Aquel día, da lo mismo si era un bebé
o un adulto, fui sumergido
no en las aguas del Jordán sino en tu vida.

Aquel día emprendí un camino
de identificación contigo
que tiene que culminar en la plenitud del Reino.

Desde aquel día vivo en ti y tú vives en mí,
y a los ojos del Padre soy hijo en el Hijo.
Desde aquel día tu Espíritu
porfía por guiarme,
para que mis pensamientos, palabras y obras
se inspiren en ti y me acerquen a ti,
pese a mis resistencias y mi sordera.

Que, como Juan Bautista, yo pueda ser también
un instrumento a tu disposición
para que la gente de mi entorno
se acerque a ti y te conozca.
Que tú crezcas y que yo mengüe.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Con el agua del bautismo empezamos a participar de tu vida

Con el agua del bautismo
empezamos a participar de tu vida.
También el Espíritu desciende sobre nosotros
y empieza en nosotros una transformación que,
pese a todas las resistencias,
nos va configurando a tu imagen.

Escuchaste la voz del cielo
que te proclamaba Hijo amado y Siervo,
muy unido al Padre
y entregado del todo a la humanidad.
Esta es tu vocación y también es la nuestra
a medida que nos vamos identificando contigo.

Señor, a menudo voy cavilando
qué me apetece hacer con mi vida,
cómo puedo evitar los problemas
y asegurarme una existencia
cómoda y placentera.

Que recuerde siempre
que me has hecho hijo tuyo
y que lejos de ti no hallaré nada bueno,
y que me has hecho para los demás.
Sólo sirviendo encontramos el sentido de la vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos has revelado que somos tus hijos

Gracias, Señor, porque en el bautismo de Jesús en el Jordán
nos has revelado que somos tus hijos,
que nos amas
y que te complaces en cada uno de nosotros.

Gracias, Juan, por dedicar tu vida
a cumplir la misión que Dios te había encomendado,
sabiendo que tu bautismo con agua
solo era una prefiguración del auténtico, el del Espíritu,
que clama en nosotros «Abba».

Gracias, Jesús, porque no te apropiaste
de esta experiencia tan extraordinaria
y la quisiste compartir con todo el mundo.
A través de tus apóstoles y de su bautismo
hemos sido llamados a formar parte de tu familia.

Gracias, Espíritu Santo, porque continúas la obra de Jesús,
iluminas nuestras tinieblas,
rompes las cadenas del egoísmo,
nos liberas de la prisión del orgullo.

Que sepamos ser fieles a la gracia del bautismo
y vivir como hijos de un Dios que,
por encima de todo,
es un Padre que nos ama.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret