Vigilia pascual

Cicle: 
C
Temps: 
Pasqua
Sábado, 16 Abril 2022
P. Jaume Sidera Plana, cmf

Llevemos a todo el mundo en nuestra vida el gozo de la Resurrección

1. ¡No temáis!!! Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Son las palabras del joven vestido de blanco que informa a aquellas santas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea hasta el pie de la cruz y que ahora no dejan de amarlo y de hacer por él todo el que está en su mano...

2. Son testigos de fidelidad a Jesús. Ellas son también las primeras testigos fehacientes de la Resurrección y del mensaje del Resucitado. Son las apóstolas de los apóstoles. Volved a Galilea, rehaced el camino con Él y volveréis sabiendo quién era y quién es Jesús de Nazaret: Mesías e Hijo de Dios.

3. La Resurrección –¡qué maravilla!– no es un privilegio exclusivo de Jesús. Cada cristiano –¡nosotros también!!!– hemos muerto y resucitado con Él.

4. Cuando se hacía el bautismo por inmersión, se veía muy claro el significado del sacramento. Cuando entraban dentro del agua vivían místicamente la muerte de Cristo. Cuando emergían, vivían la resurrección. Morían con Cristo al pasado y con Cristo renacían a una vida nueva. Los cristianos, marcados y ungidos por el Espíritu Santo como Jesús, somos como Jesús, sacerdotes, profetas y reyes...

5. Igualmente vosotros, nos dice san Pablo, estáis muertos al pecado, pero vivís para Dios en Jesucristo.

Cristo ha resucitado. ¡¡¡¡¡¡ Aleluya!!!!!!!!!! Feliz Pascua de Resurrección. Llevemos a todo el mundo en nuestra vida el gozo de la Resurrección.

Centrándonos en el Bautismo

1. Por el bautismo nosotros participamos de la muerte y resurrección del Señor. Por eso la vigilia pascual gira en torno al bautismo. Los cristianos adultos que lo recibían por inmersión lo veían muy claro: Todos los que por el bautismo hemos sido sumergidos en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos para compartir su muerte y su resurrección emprendiendo una vida nueva.

2. Cuando bajaban a la “piscina” bautismal, los catecúmenos que se hacían bautizar tenían la impresión que bajaban al sepulcro con Cristo y morían con él. Cuando salían, tomaban conciencia que resucitaban con Él.

3. Para entrar en la piscina, dejaban los vestidos de cada día. Decían adiós a la vida pasada. Renunciaban a Satanás, al egoísmo, al pecado, a todo aquello que nos deshumaniza.

4. Se zambullían tres veces en el agua haciendo la profesión de fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al salir, eran ungidos con el “crisma”, el óleo santo, que los hacía sacerdotes, profetas y reyes como Jesucristo, el Ungido supremo. Cristo significa Ungido. Cristiano es el que recibe la misma “unción” de Jesús.

5. Y se ponían un vestido blanco, símbolo de la nueva vida. Recibían un cirio: “Sois luz en el Señor”. Y, hechos ya hijos de Dios, decían juntos el Padre nuestro.

6. Hoy renovaré mi bautismo con todos mis hermanos cristianos. Yo era muy pequeño cuando lo recibí. El sacerdote echó un chorrito de agua a mi cabeza. Por eso, tengo la cabeza bastante bien amueblada. Sé muchas cosas: soy hijo de Dios, miembro de la Iglesia, solidario con todo el mundo… En mi cabeza toda cuadra… Pero me da la impresión de que el agua que bañó mi cabeza no acaba de llegar a las manos, y corazón y a los pies… Soy cristiano de nombre, no siempre de hechos.

7. Por eso, en la vigilia pascual renuevo cada año mi bautismo y las promesas bautismales. Espero que poco a poco, año tras año, el agua bautismal me vaya revistiendo de Cristo de pies a cabeza, hasta que Jesús haga de mí un sacramento, un signo visible y claro, de su presencia. Es muy cierto, en mí Jesús continúa pasando por el mundo haciendo el bien.

BUENA PASCUA. ¡ALELUYA!

Tipus recurs pastoral: