La Inmaculada Concepción

La Inmaculada de siempre

1. La fiesta de la Purísima, puesta a primeros del Adviento, es una muestra preciosa de cómo preparó Dios la venida de su Hijo al mundo. Las lecturas nos presentan tres cuadros que dan sentido en la fiesta.

          . el sueño de Dios

          . cuando Dios se despertó...

          . volvemos a empezar.

2. El sueño de Dios: Dios nos eligió para que fuéramos santos, immaculados a sus ojos. Por amor nos destinó a ser hijos suyos por Jesucristo. Así nos soñó Dios. Creó el hombre y la mujer a su imagen y semejanza.  Lo encontró tan bien y tan bueno, que les confió la continuación de la creación. Él ya podía descansar tranquilo.

3. Cuando Dios se despertó...  En un segundo momento, Dios, que solía pasear por las tardes por el paraíso, se encontró con un sorpresa desagradable: no  estaban los amigos con quienes compartía las otras tardes. Y unos capítulos allá la Biblia habla de la decepción de Dios. Se arrepintió de haberlos creado. Envió un diluvio... ¿Y ahora qué?

4. Y ahora,  qué?  La historia de la salvación es la historia del empecinamiento de Dios a salvar al hombre y la mujer por la mujer y el hombre. Pasaron generaciones y generaciones y un día Dios envió el ángel Gabriel a una muchacha de Nazaret: Alégrate, llena de gracia, tienes el favor de Dios, el Señor está contigo. Tú serás la nueva Eva junto al nuevo Adam.

5. María ha salido santa e immaculada a los ojos de Dios desde el primer momento de su formación en el vientre de santa Anna. Le daba igual que María fuera guapa o sabia o rica. Solo quería que fuera  totalmente mujer, plenamente libre, dueña de sí misma,  de forma que, cuando llegara el momento de la visita de Gabriel, pudiera responder: Heme aquí. A a tu disposición.

6. Todos nacemos en un mundo donde domina la mentira, corrupción, ambiente irrespirable. Hablamos del “pecado original”, del que no somos responsables pero que afecta a todo el mundo, sin excepción.  Los teólogos y los cristianos tardaron años  hasta que la Iglesia por boca del Papa Pío IX la proclamó Inmaculada. ¡Única!

7. En cambio la pandemia es diferente. Ataca cuando quiere y a quien quiere. Muchos se  han salvado de ese gusanillo devastador, pero no de los daños colaterales. Y en la historia, Dios ha disfrutado de muchísimos “inmaculados” de este tipo. Y María, nuestra Madre, ve con gozo como la multitud de hombres y mujeres que como ell  han respondido al ideal de Dios, sin que ni  se  dieran cuenta. Y la muchedumbre de inocentes han vuelto a manos del Creador sin apenas abierto los ojos en nuestro mundo.

8. Felicitamos hoy especialmente a las Concepciones, Conchas, Conchitas, Conchis, Puris,  Inmaculadas, Adas, Immas, Esters y Judits. Dios cuenta con ellas como contó con Maria. Que el Espíritu Santo forme en ellas al Jesús que Él formó en María.