Domingo IV de Adviento

Cicle: 
A
Temps: 
Advent
Domingo, 18 Diciembre 2022
P. Jaume Sidera Plana, cmf

Hagamos como José: acojamos a María y el Niño en nuestra casa en esta Navidad y siempre

1. Acaz no era ningún angelito de la gloria. Como rey de Israel se ha ganado muy mala fama. En su delirio religioso hizo pasar por el fuego matándolo a su hijo primogénito en honor de Baal. Y después, para salvar a su pueblo, se alió con el rey de Asiria, que era como confiar la vigilancia del gallinero a un zorro. A pesar de todo Isaías lo quería convencer de que no lo hiciera. Garantizándole un hijo, Dios le aseguraba la dinastía amenazada. Sería el hijo de una princesa del palacio real y se llamaría Emmanuel: Dios con nosotros. Con el tiempo comprendieron que una Virgen daría a luz un hijo. Y así la palabra de Isaías tomaría el carácter de una profecía mesiánica.

2. En el momento oportuno marcado por el Padre, su Hijo Jesucristo se hizo de nuestro linaje naciendo de mujer, naciendo bajo la Ley. Reconocido en su humanidad como un retoño del tronco de David y reconocido Hijo de Dios y Señor nuestro cuando resucitó de entre los muertos. Hombre como nosotros para comunicarnos su dignidad de hijos de Dios.

3. Jesús pues es del linaje de David... Pero, si Jesús es hijo de madre virgen, ¿cómo puede ser del linaje de David?

4. San Mateo responde a la pregunta: es verdad. José, de la estirpe de David, está preocupado porque se da cuenta de que María, su prometida, está encinta sin saber él nada. No lo entiende. Pero es un hombre justo: profundamente respetuoso con la voluntad de Dios y profundamente enamorado y respetuoso con María. Como que no lo ve claro decide retirarse discretamente para no interferir en la acción del Espíritu Santo. Quiere salvar el honor de María y la vida del Niño.

5. Una inspiración de Dios lo saca de dudas y lo tranquiliza. No tengas miedo, José. María te necesita como esposo. También su hijo necesita un padre. Continúa a su lado con todo el amor y la delicadeza de un esposo enamorado. Tú eres descendiente de David. A ti te corresponde inscribir al niño en el registro civil y darle un nombre y con el nombre transmitirle los derechos dinásticos de David. Y el niño se dirigirá a ti como padre. Y será hijo de David.

6. Le pondrás el nombre de Jesús porque no será un mesías convencional. Salvará al pueblo de lo que verdaderamente lo perjudica: el pecado. Y le propondrá un programa muy humanizador: honra al padre y a la madre, respeta el amor, respeta la palabra, respeta la vida, ama a tus enemigos, imita la generosidad y bondad del Padre Dios. Está pendiente de los pobres, huérfanos, forasteros, gente marginada, porque son el disfraz de este Mesías Salvador.

7. Y por eso el niño que nos nacerá realizará lo que Isaías profetizaba: se llamará Emmanuel. Dios con nosotros. La presencia visible de Dios entre nosotros.

8. Hagamos como José: acojamos a María y al Niño en nuestra casa en esta Navidad y siempre. Así actualizaremos su acción salvadora. Salvar al mundo del pecado y de sus consecuencias. Él será la Paz.

Tipus recurs pastoral: