Domingo IV de Pascua

Cicle: 
A
Temps: 
Pasqua
Domingo, 30 Abril 2023
P. Jaume Sidera Plana, cmf

El buen pastor ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia

1. Hoy dichosamente gozamos de un grado de libertad envidiable. O así nos lo parece. Hablamos tanto de ello que casi nos lo creemos. ¿Libertad en el vestir? ¿y la tiranía de la moda? ¿Libertad de opinión? Pero cuidado con lo que dices. ¿Libertad de amar? ¡Hui, hui, hui! Si te declaras cristiano o del partido contrario, cuidado.

2. Abominamos del gregarismo y vemos cómo la gente se reúne masivamente, gregariamente para divertirse. Antes nos acusaban a los cristianos de ir a misa gregariamente. Hoy muchos no vienen por borreguismo. Borregos antes y borregos ahora. Dichosamente hoy todos que hemos venido a misa, estamos aquí porque hemos oído la invitación de Jesús y nos queremos encontrar unos y otros.

3. El evangelio de hoy evocando la figura del pastor, de la puerta, de rebaño, de las ovejas nos traza el retrato ideal del líder religioso o laico. Un líder como Jesús lo describe, trata a todo el mundo como personas, únicas, con nombre y apellido, por ellas mismas. Responsables. Él ha venido a servir, no a aprovecharse. Y da vida y la da a en abundancia. Él mismo se nos da como alimento en la Eucaristía.

4. San Pedro nos lo dice con una emoción contenida. Cristo ha sufrido por vosotros. Es nuestro modelo. ¡Sigamos sus huellas! Nunca ha dicho una mentira. No respondía al ultraje con el ultraje ni con amenazas. Gracias a él podemos vivir como amigos de Dios. Es el Pastor que vela por nosotros.

5. Jesús se define como pastor de ovejas, no de borregos. Nos conoce por el nombre y apellidos. Mantiene una relación personal y viva con cada uno. En cambio, borrego es la persona ignorante o falta de criterio propio, que se deja convencer fácilmente. Siempre ha habido en la Iglesia hombres y mujeres que han tomado conciencia de que, dentro de la gran multitud de dóciles creyentes, tienen algo que decir y hacer. Ayer era la fiesta de santa Caterina de Siena. Una mujer interesada en la reforma de la Iglesia que no paró hasta que convenció al papa Gregorio XI que devolviese la Sede de Pedro del exilio de Aviñón a Roma. Y escribió al Papa Urbano VI: Si, santo Padre, cuando tenga que poner pastores, que sean personas que busquen a Dios y no los honores, y que el camino que emprendan, sea la verdad y no la mentira. Y la laica Edith Stein –hoy santa Teresa Benedicta de la Cruz– escribió al Papa Pío XII una carta remarcable que desgraciadamente se perdió en un cajón curial.

6. Hay hoy un fuerte movimiento de mujeres muy muy preparadas que reclaman un papel más activo –con voz y voto– dentro de la iglesia tan clerical. Y tienen razón. Dichosamente el Papa Francisco se lo ha tomado en serio atender este clamor universal que es sin duda un clamor que el Espíritu dirige a la Iglesia. No podemos esperar cambios espectaculares pero el camino es éste. Clérigos, laicos y laicas con su trabajo silencioso y humilde colaboran con Jesús, el Cristo, en su oficio de Buen Pastor. En todo este proceso sobraría todo afán de poder. Jesús con su ejemplo, dice que ha venido no a ser servido sino a servir dando vida.

7. Es justamente lo que recomienda san Pedro a los ancianos responsables de las comunidades: sed pastores del rebaño que Dios os ha confiado. Velad por él de buen grado, a la manera de Dios. No por afán de dinero, sino desinteresadamente. Tampoco autoritariamente. Sed más bien el modelo de vuestra comunidad.

8. Jesús insinúa también que hay líderes que no piensan en servir a los feligreses o ciudadanos sino en aprovecharse de ellos. Por un voto se venden el alma. Por un puñado de euros a media humanidad y todavía se hacen decir los señores y benefactores de la otra mitad. Jesús los define como ladrones y bandoleros que entran a la religión o a la política para robar, matar y destruir.

9. Quizás nos cueste entender que Jesús nos ame a todos en conjunto y a cada uno en particular. Pero Él nos ama tanto que se inventó la manera de hacérnoslo experimentar en cada Eucaristía. Todos comulgamos al mismo Jesús y cada uno de nosotros nos lo sentimos como personal y único. Nos libera del gregarismo y nos hace sentir comunidad, no súbditos sino ciudadanos de primera. La comunión que recibimos es la caricia personal de Jesús, su beso cariñoso.

10. Nos da conciencia de lo que somos y valemos para Él y de lo que somos y valemos para los demás. Hoy podríamos pedir a Jesús, el buen Pastor, por todos los que en cualquier ámbito de la vida, hacen el oficio de pastores y de guías: sacerdotes, políticos, padres y madres, maestras, catequistas. Que reproduzcan la imagen del Buen Pastor: que sirvan y no reclamen ser servidos. Que como Jesús pongan el corazón y la vida en todo lo que hacen.

Tipus recurs pastoral: