Domingo de Pentecostés

Cicle: 
A
Temps: 
Pasqua
Domingo, 28 Mayo 2023
P. Jaume Sidera Plana, cmf

Todos nos sentimos unidos en un mismo espíritu

1. Hoy llegamos a la cumbre de la Pascua que ha durado 50 días: Pentecostés. Durante este periodo –¡y todavía después!– Jesús resucitado se apareció a la comunidad que malvivía entre el miedo y la esperanza, con las puertas cerradas a cal y canto. Recibid el Espíritu Santo... les dijo Jesús el anochecer de Pascua.

2. Pero no tenían bastante. A los 8 días, continuaban con las puertas cerradas a cal y canto, lejos del revuelo de Jerusalén. Un grupo numeroso: unos 120 hombres, mujeres y criaturas. No lo leemos mucho eso de las criaturas. Algún copista del evangelio lo añadió y algún otro lo borró. Pero los niños estaban ahí. ¿Cómo no? Son los maestros de la gente mayor. San Pablo dice que el Espíritu Santo ora en nosotros con el lloriqueo de los bebés. Y el Padre que nos ama entiende este lenguaje como la madre interpreta el lloriquear o gemir o la risa y el llorar del bebé.

3. Oraban, como nosotros ahora. Esperaban que se cumpliera la promesa de Jesús: Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén... y hasta el extremo de la tierra. Lo esperaban, eso sí, con las puertas cerradas a cal y canto, por el miedo.

4. De repente el viento del Espíritu les está diciendo que está muy bien que recen y que esperen, pero que ha llegado la hora de proclamar el mensaje de Jesús a los cuatro puntos del horizonte. Afuera, los espera una abigarrada multitud de gente de todas partes. Han de salir de la zona de confort hacia las periferias sedientas de Palabra y de Vida.

5. La multitud está desconcertada al oír cómo proclaman las grandezas de Dios en la lengua que cada cual entendía. Es Pentecostés. Si Babel sembró la confusión de las lenguas, el Espíritu las emplea uniéndolos a todo el mundo en la conciencia de que Dios es Padre de todos. Le podremos decir Abbà o Pater, Páter o Padre o Váter, Père o Father, Pai o Aitor, pero todos nos sentimos unidos en un mismo espíritu que nos hace hijos y nos hace hermanos. Es la hora del Padre Nuestro. Se produce el milagro que intuiría el gran Ramon Llull: Si no nos entendemos por lenguaje, entendámonos por amor, que es el lenguaje que todo el mundo entiende.

6. Los apóstoles –y apóstolas también como Lidia, Febe y Prisca– pronto forman pequeñas comunidades que se reúnen en sus casas. El Espíritu se hace presente enriqueciendo con carismas diversos a cada persona. El carisma es un regalo personal del Espíritu, orientado al bien de la comunidad.

7. Y dentro de la comunidad hay de todo: hay apóstoles, profetas, catequistas. Hay quien hace milagros, quien tiene unas manos de ángel para mimar y curar, hay quien practica la asistencia social. Unos saben gobernar, otros saben expresarse en lenguas.

8. Saben los dones del Espíritu Santo? Son siete: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Ya veis: capacidad de tener el sentir y el gusto del bien, saber decir una palabra de consuelo cuando procede, ser valientes cuando las cosas vienen mal dadas o cuando tenemos que dar razón de nuestra fe. Y estos dones se manifiestan en gran variedad de flores y frutos: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, espíritu de servicio, confianza en los demás, suavidad, autodominio. Del buen corazón siempre salen cosas buenas. Y dentro de nuestro corazón vive el Espíritu Santo.

10. El Espíritu Santo actúa con gran discreción. Es como el agua, como la luz, como el aire. Están en todas partes, abrazan todo el mundo, pero cada cual bebe, respira y habla a su manera. Está dentro de nosotros, nos aconseja, nos apoya, nos defiende, ora en nosotros: nos inspira el Padre nuestro, nos da la libertad de hijos de Dios.

10. Para acabar, escuchemos las palabras que pronunció el metropolita ortodoxo de Latakia (Siria) Ignasi Hazim, en la inauguración de la Conferencia Ecuménica de Uppsala (Suecia) inspirada en el Apocalipsis, 21,5: "Mira, todo lo hago nuevo”.

El Espíritu Santo es personalmente la novedad, que actúa en nuestro mundo.
Es la presencia de Dios-con-nosotros unido a nuestro espíritu (Rm 8,16).
Sin Él, Dios queda lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el evangelio es letra muerta; la Iglesia, pura organización;
la autoridad, tiranía; la misión, propaganda;
el culto, simple recuerdo y la praxis cristiana, una moral de esclavos.

Pero con Él, en una sinergia indisociable,
el mundo es liberado
y gime en el nacimiento del Reino,
el hombre está en lucha contra la carne,
Cristo resucitado está aquí,
el evangelio es potencia de vida,
la Iglesia expresa la comunión trinitaria,
la autoridad es servicio liberador,
la misión es pentecostés,
la liturgia es memorial y anticipación,
la acción humana es divinizada.

Tipus recurs pastoral: