Domingo XVIII del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 4 Agosto 2024
Alimentados por tu don, confiamos siempre en Ti

Gracias, Señor, por alimentarnos de tantas maneras.
Por no abandonarnos,
por acompañarnos,
por estar pendiente de nuestras necesidades.

A menudo nos dejamos esclavizar por nuestras rutinas,
por la inercia,
por la pereza,
por el miedo a pisar territorios nuevos.

Nos cuesta fiarnos,
salir de nuestros esquemas mentales
y abrirnos a la sorpresa,
a la novedad, al Espíritu.

Perdón por quejarnos,
por no agradecer todo lo que nos das.
Perdón por poner en duda tus palabras
en lugar de creer.

Disculpa nuestra incredulidad,
porque siempre estamos pidiéndote signos
para convencernos.
El signo más grande
es tu amor.

Gracias por el trigo eclesial,
por el pan de la Eucaristía,
el alimento bajado del Cielo.

Tú das tu vida por nosotros
para que nosotros tengamos vida eterna.
Haz que, alimentados por tu don,
confiemos siempre en Ti
y en Quien te ha enviado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos vivir en plenitud nuestra vida cristiana

Señor, siempre buscamos utilidad
en todo lo que hacemos; incluso nos parece
una pérdida de tiempo la oración,
o dedicar tiempo a formarnos en la fe.
Creemos que con lo que aprendimos
al prepararnos para la primera comunión
ya basta para dar respuesta a todo.

Señor, queremos vivir los sacramentos
vinculándolos a nuestra vida personal.
Queremos vivir en plenitud
nuestra vida cristiana.

Vivir bien es el ideal de muchas personas.
Este deseo no es malo
si va acompañado del deseo
y el esfuerzo de una mayor profundidad.
Señor, que las cosas materiales
no nos hagan pensar en un Dios milagrero
o en una religión
reducida al ámbito privado.

Señor, Moisés no dio maná a los israelitas
pero supo interceder
para que su pueblo no pereciera.
Que nosotros seamos intercesores
por los que nada tienen.

Señor, que sepamos vivir
en libertad y plenitud.
Que no nos limitemos
a dejar pasar el tiempo
y que en estos días encontremos
un espacio para estar contigo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Actuar según los valores del Reino

Lo que más nos preocupa es la comida
y el tener las necesidades básicas cubiertas.
Las muchedumbres buscan a Jesús
porque habían comido hasta saciarse.
Hoy, Señor, nos pides
que sin perder de vista lo material
nos alimentemos de tu Palabra
y actuemos según los valores del Reino.

Señor, que en estos momentos de crisis,
no cerremos nuestro corazón
a los más necesitados.
Que encuentren en nosotros
acogida y comprensión.

Señor, que en cada celebración Eucarística,
nos identifiquemos con Cristo
y vivamos según sus principios
y sus sentimientos.

Señor, danos ese pan que sacia nuestra hambre
y apaga nuestra sed.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Necesito sentirte en la soledad

Jesús,
tus palabras iluminan mi inteligencia
y motivan mi voluntad.
Me impulsan a seguirte.

Sin embargo, para disfrutar de una verdadera amistad contigo,
necesito vivir a menudo experiencias fuertes
de vida, de plegaria y de comunión.

Tú eras consciente y nos has propuesto
que nos retiremos en la soledad,
solos o en compañía de algunos hermanos,
para vivir ratos de intimidad contigo,
guiados siempre por lo que nos dices en el Evangelio.

Así, me podré impregnar de tu Espíritu
y de tus palabras de vida eterna.
Revélate con toda la riqueza
de tu humanidad y de tu divinidad.
Que, así, yo me pueda ir transformando en ti.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sepamos indicar el camino que conduce a ti

Señor Jesús, la celebración de hoy
invita a pedirte que nuestro corazón
esté inquieto hasta encontrarte
y, habiéndote encontrado,
no nos cansemos de seguirte,
de escuchar tu palabra
y de buscarte aún más
para seguir muy de cerca tus pasos.

Gracias, Señor Jesús,
por haber querido venir hasta nosotros,
y por habernos dejado signos
sencillos y valiosos
de tu presencia en tu palabra,
en el pan y el vino de la Eucaristía, y sobre todo
en cada uno de tus hermanos y nuestros hermanos.

Concede a todos hambre y sed de justicia,
de paz, de fraternidad, de reconciliación
que conduzca a las personas a buscarte.

Haz que los que formamos la Iglesia
sepamos indicar el camino que conduce a ti,
y ayúdanos a convertirnos,
para que no pongamos tropiezos
a quienes te buscan.

Señor Jesús, danos tu mano
y el coraje de tu Espíritu Santo
para podernos liberar de tantas cosas
que perecen
y que se han apoderado de nuestro corazón.

Que no busquemos signos extraordinarios
para decidirnos a seguirte con mayor fidelidad,
sino que nosotros mismos
podamos ser un signo elocuente
de tu presencia en el mundo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que nuestro deseo sea hacer la voluntad del Padre

Señor, danos siempre de este pan
que eres tú mismo,
que has venido a dar al mundo
la vida verdadera, que va más allá
de cualquier expectativa y deseo mundano.

Nos afanamos por tantas cosas
que a menudo se nos escurren entre los dedos
y que, si las conseguimos,
no nos llenan tanto como habíamos pensado.
La felicidad que este mundo nos ofrece
es como una manta demasiado corta:
por una u otra parte
siempre se echa en falta.

La única felicidad que no falla
es poner nuestro corazón en ti:
que nuestro deseo sea
hacer la voluntad del Padre,
que nuestro bienestar sea
sabernos amados por Él
y destinados a la vida eterna.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret