Domingo XIX del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 11 Agosto 2024
Eres nuestro alimento en el camino de la vida

Gracias, Señor, porque eres el pan bajado del cielo.
Eres nuestro alimento en el largo camino que es la vida.

En ocasiones se nos hace pesado seguir adelante.
Como el profeta Elías,
nos dejamos llevar por el desánimo.
Por dentro pensamos:
«Basta».
Pero Tú nos acoges,
te haces cargo de nuestro cansancio
y envías tus ángeles para auxiliar-nos.
A menudo son las personas más cercanas;
en ocasiones, se trata de desconocidos
que aceptan ser instrumentos de tu providencia.

Pero realmente quien nos salva, nos levanta, nos alimenta,
es tu Hijo.
Él se ofrece, plenamente;
nos da su palabra,
su vida,
su carne,
para compartir con nosotros
el tesoro más valioso:
su relación contigo,

su Padre
y también nuestro Padre.

Gracias por la Eucaristía,
por poder comulgar,
por alimentarnos con el pan del Cielo
que nos hace experimentar tu amor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Aumenta nuestra fe, Señor

Señor, nos cuesta entender
que para seguirte
solo nos pides que creamos en Ti
y confiemos en tu presencia entre nosotros.
Nos empeñamos en hacer cosas
y en nuestro afán olvidamos
que lo único importante es amar.

La murmuración siempre lleva
un fuerte componente de incredulidad
o de incapacidad de aceptación.
Señor, nos cuesta fiarnos
de las personas que conocemos.
Tenemos tan claros sus defectos
que somos incapaces de ver
lo bueno que nos aportan.

Señor, nos prometes vida eterna.
Nos prometes un modo de vida
digno y enriquecedor, aquí y ahora.
En estos momentos de crisis
sigue siendo válida tu promesa.
Para hacerla realidad,
debemos creer en nuestra creatividad
y ser capaces de apostar
por nosotros y por los demás.
Aumenta nuestra fe, Señor.

Señor, en este mes muchas personas
aprovechan para descansar.
Muchas siguen sin trabajo.
Cuida de ellas, Señor, como cuidaste
del Pueblo que clamaba en el desierto.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que encontremos en la Eucaristía la fuerza para el Camino

Señor, muchas veces nos sentimos como Elías,
deprimidos y desencantados de la vida.
Haz que encontremos en el Pan de la Eucaristía
la fuerza para el Camino.

Señor, que el amor y veneración a la Eucaristía
nunca nos haga perder de vista tu humanidad.

Señor, que nos acerquemos a la Eucaristía
sabiendo que la Palabra
tiene una importancia esencial
y que la comunión fraterna
es condición y consecuencia.

Señor, que toda esta semana
vivamos y sintamos la fortaleza
de la Eucaristía de hoy.
Que sea nuestro alimento para el camino
y la brújula que nos indica
el Norte de nuestra existencia.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Me haces vivir de ti

Jesús,
a pesar de que tu humanidad es como la nuestra,
en tu persona, en tus palabras
y en tus acciones hay un misterio,
que sólo podemos acoger por la fe
y si nos dejamos amar de verdad por Dios.

Tú alimentas nuestro espíritu
y nos haces participar de la vida eterna,
eres como el «pan»
que alimenta nuestro corazón.
Nos alimentas con el «pan» de la presencia,
que nos permite palpar el misterio profundo
del amor salvador de Dios hacia los hombres.

Como el pan se transforma en nosotros,
tú nos transformas en ti y nos hacer vivir
en comunión con el Padre y con los hermanos.

Es un misterio que no comprendo,
pero el amor que nos has demostrado
me lo hace intuir y acoger con fe y confianza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que podamos ser testigos de la fuerza renovadora de tu amor

Señor Jesús, hoy te das a conocer
como el pan vivo bajado del cielo
y ofrecido a todos para dar vida al mundo;
te damos gracias
porque sólo tú podías hacernos un regalo así
y porque nada hay mejor
que tenerte con nosotros en el camino de la vida.

Todos pasamos por situaciones
de dificultad o de desánimo, como Elías en el desierto;
por eso hoy recordamos especialmente
a todos aquellos para quienes la vida
es un peso insoportable
o que todo lo ven tan negativo
que ya no tienen esperanza;
que tengan también
un “ángel” a su lado que les anime,
y que tu palabra y tu presencia
sean la fuerza que les haga seguir
adelante con confianza.

El salmo nos invita a orar diciendo:
“gustad y ved qué bueno es el Señor”
y tú, Señor Jesús, nos dices
que todos seremos discípulos de Dios.

Haz que nos abramos a esta enseñanza interior
escuchando la voz de Dios en nuestro corazón
y que conozcamos por experiencia la bondad
y el amor con que el Padre y Tú nos amáis.

Y que en la vida de cada día
podamos ser testigos de la fuerza
renovadora de tu amor y de tu deseo
de que todos vivan en plenitud.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
El Espíritu Santo está siempre en nosotros como una fuerza vital

¡Ay, Espíritu Santo,
cómo te llegamos a entristecer!
Parece que sólo nos acordamos de ti por Pentecostés
y que te reducimos a un fenómeno mágico,
espectáculo de luz y viento en el cenáculo.

Cuando de hecho hemos sido marcados por ti
desde el bautismo
y sellados en la confirmación.
Estás siempre en nosotros como una fuerza vital,
un impulso de crecimiento interior
y de salida hacia los demás.

Tú nos haces capaces
de vencer el mal con el perdón,
el desánimo con la esperanza,
el mal humor con una alegría serena.

Tú nos preservas del error,
del egoísmo y del conformismo.
Tú nos animas a buscar la verdad,
a amar sin esperar recompensa,

A encontrar la paz del corazón
y el camino de la vida
siguiendo los pasos de Jesús,
que nos lleva hacia el Padre.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret