Señor Jesús, en tiempos de crisis de valores
nos hace bien orar con el salmo de hoy
y acoger con corazón abierto su propuesta:
vivir honradamente y practicar la justicia,
decir siempre la verdad sin atacar a nadie,
no condenar ni hacer mal a los demás,
usar el dinero para el bien común
evitando el enriquecimiento con la especulación.
A algunos esto puede hacerles sonreír
pero tú, Señor Jesús, actuaste así
y nos dices que esto es posible
en la medida en que el corazón humano se deja llenar
por tu palabra, por el amor de Dios,
por la luz y la fuerza del Espíritu Santo
y por el deseo sincero del bien de todos.
Ayúdanos a tener un corazón
capaz de actuar así, imitándote a ti;
no nos dejes caer en la rutina
o en el conformismo ante el mal
y la injusticia que vemos a diario.
Te agradecemos, Señor Jesús, por todos los que
han podido gozar de un tiempo de vacaciones,
de visitas a parientes y amigos,
de enriquecimiento espiritual.
Y te pedimos por los niños y jóvenes
que dentro de poco volverán a la escuela,
a catequesis u otras actividades parroquiales:
que todo esto les ayude a crecer y a formarse
como personas preocupadas por hacer el bien.