Señor, a veces excluimos a otros
porque piensan diferente
o porque nos quitan protagonismo.
Señor, que tal como Tú nos enseñas
sepamos ver siempre
el bien de las personas.
Señor, quien actúa en bien de los demás
está muy cerca de Ti
aunque no sea creyente.
Que manteniendo firmes
nuestras convicciones y creencias,
sepamos valorar la actividad humanitaria
venga de donde venga.
Señor, que sepamos expulsar
los demonios que nuestra sociedad padece:
la falta de trabajo, la violencia,
la droga y otros males.
Que evangelicemos a la vez que actuamos
y que sepamos ir más allá de las palabras.
Ponemos en tus manos, Señor,
a las personas que de manera directa
luchan por una sociedad
más sana y habitable.
Da fuerza a los políticos, a los periodistas,
a los maestros, a los investigadores,
a los padres de familia
y a todos cuantos cada día
apuestan por un mundo mejor.