Domingo XXVI del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 29 Septiembre 2024
Estás cerca de quienes te buscan con corazón sincero

Señor, gracias por enviarnos tu Espíritu,
por llamarnos a formar parte de la Iglesia,
por hacerte presente en nuestras vidas.
No queremos vivir este don como un privilegio
reservado a unos pocos elegidos,
sino como un regalo que quieres compartir
con la humanidad entera.

Te pedimos perdón
porque a veces miramos con suspicacia
a quienes no forman parte de nuestra comunidad,
y nos creemos con el derecho de juzgar
a los que hablan y actúan en tu nombre
sin pertenecer a nuestro grupo.

No queremos ser motivo de escándalo
ni alejar a quienes creen en Ti
simplemente porque no se ajustan
a nuestras costumbres.

Reconocemos que estás cerca
de nuestros hermanos
de las otras confesiones cristianas,
de los creyentes de las otras religiones,
de quienes te buscan con corazón sincero
y de todos tus hijos que te necesitan.
Porque quien no está contra Ti, está contigo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que evangelicemos a la vez que actuamos

Señor, a veces excluimos a otros
porque piensan diferente
o porque nos quitan protagonismo.
Señor, que tal como Tú nos enseñas
sepamos ver siempre
el bien de las personas.

Señor, quien actúa en bien de los demás
está muy cerca de Ti
aunque no sea creyente.
Que manteniendo firmes
nuestras convicciones y creencias,
sepamos valorar la actividad humanitaria
venga de donde venga.

Señor, que sepamos expulsar
los demonios que nuestra sociedad padece:
la falta de trabajo, la violencia,
la droga y otros males.
Que evangelicemos a la vez que actuamos
y que sepamos ir más allá de las palabras.

Ponemos en tus manos, Señor,
a las personas que de manera directa
luchan por una sociedad
más sana y habitable.
Da fuerza a los políticos, a los periodistas,
a los maestros, a los investigadores,
a los padres de familia
y a todos cuantos cada día
apuestan por un mundo mejor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, que sepamos ver la acción del Espíritu en los demás

Señor, líbranos de los celos, de la envidia
y del fanatismo que nos impide ver
la acción del Espíritu en los demás.
Que nuestras comunidades actúen
con humildad y generosidad.

Que el bien que puedan hacer los demás, Señor,
no nos cierre ni nos moleste.
Tú te haces presente
incluso en los que no son «de los nuestros».

Haznos sensibles Señor,
a los mensajes que poco a poco
matan la sensibilidad de nuestros jóvenes.
No permitas que cerremos los ojos
al comercio del alcohol, la droga y el sexo.

Que el dinero que pueda llegar
a nuestras manos, Señor,
nos anime a dar a los que más lo necesitan.
No nos permitas caer en el consumismo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Apasiónate por el bien

Jesús,
hoy me das una lección muy importante
para mi vida y para mi compromiso cristiano.

Tenemos la costumbre
de clasificar a las personas en buenas y malas
a partir de lo que venos;
pero el exterior nunca nos permitirá conocer bien
el mundo de los sentimientos y de las intenciones
que es lo que, de hecho,
nos hace buenos o culpables y malos.

Tú me enseñas a distinguir
entre el bien y el mal;
me invitas a juzgar y valorar lo que se ve
pero respetando siempre
el misterio de cada persona.

Valoras todo lo que es bueno,
venga de donde venga
y rechazas y condenas cualquier forma de mal,
porque puede ser destructor y nocivo
para los demás. 

Por eso te muestras tan exigente y duro
frente al escándalo
de los más vulnerables y frágiles.

Dame tu Espíritu para que me muestre siempre
responsable y respetuoso con todas las personas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que nos dejemos guiar siempre por la luz del Espíritu Santo

Te damos gracias, Señor Jesús,
por todo el bien que se hace cada día en el mundo
y por todas las personas que se dejan guiar
por tu Espíritu;
te agradecemos por todos los que trabajan
por la paz y la justicia,
por los que promueven la cultura y la educación,
por los que se ocupan en la mejora de la salud
y en la atención a enfermos y ancianos,
y por todas las personas que calladamente
se dedican a servir a los demás.

Haz, Señor, que aprendamos a colaborar
con todas las personas de buena voluntad
que trabajan para el bien de los demás,
y que no caigamos en la tentación
de buscarnos enemigos o rivales.

Que tu palabra nos ayude, Señor,
a ser honestos y exigentes
con nosotros mismos;
perdónanos por todas las ocasiones
en que hemos fallado y fallamos cada día
y danos la valentía de no desanimarnos,
sino que nos dejemos guiar siempre
por la luz del Espíritu Santo.

Que no nos rindamos ni nos dejemos vencer
por el mal que existe en el mundo
ni por las propias fragilidades,
sino que triunfemos de él con la fuerza de tu amor
y de la dedicación constante al bien.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tus palabras, Señor, son palabras de vida

Tus palabras, Señor,
siempre son palabras de vida.
A menudo encontramos consuelo y alivio
para afrontar las adversidades.
Otras veces, como pasa hoy,
tu voz es profética,
de denuncia contra la injusticia,
de combate contra el mal.

No son palabras políticamente correctas,
pueden herir sensibilidades. ¡Ojalá!
Hay conciencias
que necesitan ser zarandeadas.
Hay demasiada injusticia,
demasiada desigualdad,
demasiada corrupción, demasiado egoísmo
en nuestro mundo para que podamos pensar
que tú no tienes nada que denunciar,
que solo has venido a decir palabas amables.

Tu palabra es penetrante
como una espada de doble filo.
Por favor, no pases de largo
sin sacar a la luz
mis pecados, mis incoherencias,
mis falsedades.
Sólo tú puedes herir y curar la herida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret