Señor,
como todo lo que haces, tus mandamientos
son un reflejo de tu amor para con nosotros.
Somos débiles, Señor, y necesitamos
sentirte siempre a nuestro lado.
Jesús es el Camino, Verdad y Vida
para quienes ansían vivir en plenitud.
Con su vida y su palabra, nos ha dicho
que sólo hay un mandamiento,
el del amor total y para siempre:
«Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente, con todo tu ser.»
No podemos excluir a nadie de nuestro amor.
Como tú, hemos de amar a buenos y malos
y hemos de aprender a perdonar siempre.
Es fácil comprender tu propuesta,
pero no lo es tanto vivirla día a día.
¡Danos tu Espíritu de amor!