La diócesis de Lleida celebra la apertura del Año de la Misericordia

13/12/2015
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Con una larga procesión desde la Iglesia de San Lorenzo a la Catedral, la Iglesia de Lleida ha hecho visible por las calles de la ciudad el inicio del Año Jubilar de la Misericordia, que, como todas las Iglesias del mundo, ha celebrado el tercer domingo de adviento, 13 de diciembre.

El acto ha comenzado a las 5 de la tarde en la iglesia San Lorenzo, de Lleida, con unas letanías de la misericordia, la proclamación del Evangelio de la oveja perdida, y la lectura de un fragmento de la bula del Papa Francisco de la convocatoria del Año Jubilar, donde se ha recordado como el amor de Dios se ha hecho visible y tangible en toda la vida de Jesús. Desde aquí, los participantes han ido en procesión, para significar el camino de la fe y del perdón, hasta la puerta lateral de la Catedral donde el obispo Salvador, ayudado por un grupo de usuarios de la "Red de entidades de Acción Caritativa y Social" ha abierto solemnemente y de par en par, la Puerta Santa (la puerta de la misericordia), entonces los que esperaban fuera han podido entrar en el templo.

El obispo Salvador ha manifestado su alegría y agradecimiento por la masiva participación en este acto con representación de todas las parroquias y organismos de la diócesis, numerosos sacerdotes, miembros de Institutos de Vida Consagrada, laicos y autoridades civiles que llenaban la catedral hasta los topes. Como acto simbólico de lo que quiere significar este Año Santo, los primeros bancos los ocupaban representantes de usuarios y voluntarios de la "Red de entidades de Acción Caritativa y Social".

La Eucaristía se ha iniciado con la bendición del agua para que sea agua viva de salvación, con ella el obispo Salvador ha realizado la aspersión a los asistentes, después, en la homilía, ha invitado a todos a pasar la puerta santa para recibir el perdón en el sacramento de la reconciliación, así como vivir con misericordia cualquier cosa que se haga en la vida cotidiana, con el fin de reproducir los mismos sentimientos de Jesucristo, que mostraba siempre la misericordia del Padre. Ha recordado como el pasado 8 de diciembre se cumplían los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II que fue luz para toda la Iglesia y el mundo.

Dado que no se pudo hacer al inicio del curso, se ha aprovechado la ocasión para celebrar el envío de catequistas y todas las personas que colaboran en la tarea de evangelización, incidiendo en que la tarea que realizan no la hacen a título personal, sino que son enviados por la Iglesia para anunciar el mensaje de Jesús, un mensaje de misericordia, amor y perdón.

El acto ha finalizado con el canto de la Salve para pedir la intercesión de la Virgen, para que la Iglesia y los cristianos sean acogedores y misericordiosos.

Conxita López Torres