Bautismo del Señor

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Navidad
Data : 
Domingo, 8 Enero 2023
Has infundido en nuestros corazones tu mismo Espíritu

Gracias, Jesús, por ponerte a nuestro lado
en la fila de quienes necesitamos convertirnos
y creer en tu Evangelio.
Esto nos da confianza y esperanza:
nuestra renovación es posible
y también es posible el mundo nuevo,
el Reino, que has venido a construir.

Tú, el «Dios-con-nosotros»,
has unido definitivamente
el mundo divino con el nuestro.
Gracias a tu Espíritu
no solo somos criaturas de Dios,
sino hijos queridos.

Tú, el Hijo, no te has guardado en exclusiva
tu relación íntima con Dios,
sino que la has compartido con nosotros.
Gracias a ti podemos oír la voz del Padre
que no se cansa de decirnos
«Tú eres mi hijo, mi amado,
en ti me he complacido».

Nos has mostrado la grandeza y el compromiso
que supone ser hijos e hijas de Dios
y hermanos entre nosotros,
i nos has enseñado a invocar al Padre como tú:
con el entrañable nombre de «Abba», papá.

Gracias, también
porque en nuestro bautismo y confirmación
has infundido en nuestros corazones
tu mismo Espíritu que nos empuja, como a ti,
a hacer el bien,
a proclamar buenas noticias a los pobres,
a liberar a quienes viven sometidos
a cualquier forma de mal.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tú eres mi Hijo, a quien amo

Jesús vivió treinta años en Nazaret.
Si tenemos en cuenta la media de edad de aquella gente,
cuando fue al Jordán
era un hombre ya mayor
que no había formado una familia. 

Pensar que Jesús tomó conciencia de
su misión en el Jordán y que hasta entonces
se había limitado a ser un buen carpintero y un buen hijo,

lo hace muy cercano a nosotros.
La vida de cada día,
con sus alegrías y sus preocupaciones,
es nuestra manera de ser santos. 

El Bautismo es volver a empezar
siempre que damos un paso más
cuando ya no podemos más.

El Padre Dios, nos repite como lo hizo con Jesús:
«Tú eres mi hija amada. Tú este mi hijo a quien amo».

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
En Jesús somos también hijos

Gracias, Padre,
por el mensaje
que, en el bautismo de Jesús,
nos has hecho llegar a tus hijos e hijas. 

Mientras Jesús oraba,
le envías tu Espíritu
y le dices –a Ël y también a nosotros-
que es tu Hijo, el amado, el predilecto. 

El don de tu Espíritu
y la conciencia de saberse Hijo de Dios
impulsaron a Jesús a predicar el Reino. 

Abre nuestro corazón a tu Espíritu,
para que sepamos reconocer y agradecer
tu palabra amorosa de Padre
cuando en nuestro bautismo
nos declaraste hijos e hijas tuyos. 

Así confiados en el amor que nos tienes
nos sentiremos urgidos
a vivir como tú esperas
y a ser testigos de tu reino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Para ti cada persona es una hija o hijo amado

Dios y Padre de Jesucristo y nuestro,
te damos gracias porque el cielo está abierto:
la presencia de Jesús entre nosotros
es el mayor signo de que tú quieres ser
el gran Amigo y Padre de la humanidad.

Te damos gracias porque para ti
cada persona es una hija o hijo amado.

Y porque, como ocurrió con Jesús,
el Espíritu llena nuestros corazones.

Por eso queremos pedir el coraje
de dejarnos guiar por tu Espíritu,
de ofrecerle espacio en nuestro corazón
para que pueda irnos transformando
y nos haga vivir como hijos tuyos,
mujeres y hombres capaces de hacer el bien.

Que nos conceda luz y discernimiento
para que cada persona, cada comunidad
y la Iglesia entera sepa escoger los caminos
que conducen a la construcción de tu Reino
y sepa ofrecer a la gente de hoy
aquel testimonio de vida, bondad y paz
que Jesús ofrecía a todos.

Que el Espíritu nos ayude a ver claro
para no caer en aquellas actitudes
que nos perjudican a nosotros mismos
y perjudican a nuestros hermanos.

Que nos ayude a cultivar y hacer crecer
todo lo que es bueno, amable y justo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Somos hijos muy amados del Padre

Señor, el bautismo
supuso un cambio radical en tu vida:
el paso del anonimato a la implicación
y también el paso
del deseo del cambio en la religión judía
a participar en el advenimiento del Reino.
Haz que también nosotros nos impliquemos
en la renovación de nuestra sociedad
y seamos mensajeros de tu esperanza. 

Señor, ser cristiano no es fácil.
Que en momentos de crisis recordemos
que somos hijos muy amados del Padre
y que tú estás siempre a nuestro lado. 

Señor, que en mi quehacer de cada día
sepa transmitir amor.
Que cuantos entren en contacto conmigo
se sientan amados y valorados. 

Hoy, Señor, quiero renovar
mis compromisos bautismales
y agradecer a mis padres
y a cuantos han intervenido
en mi formación cristiana
su dedicación y compromiso.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Gracias, Jesús, por haber asumido la condición humana

Te damos gracias, Señor, por utilizar
un hombre cualquiera, Juan el Bautista,
como testigo para confirmar tu Encarnación.

Su alegría dentro del vientre de la madre
ya era un signo de tu presencia en medio de los hombres.

Su fidelidad bautizando en el Jordán
fue recompensada
con la revelación de la Trinidad,

Por eso Tú lo has hecho mayor,
por eso seguimos recordándolo,
porque fue dócil a tu inspiración
y porque supo reconocer-te.

Gracias, Jesús, por tu humildad,
por haber asumido la condición humana
con el fin de acercarte a nuestras vidas,

Gracias por haber ido al Jordán a bautizarte
aunque no necesitaras convertirte.

Quisiste ser como cualquiera de nosotros,
pero el Padre no nos oculta quién eres:
su Hijo amado
en quien se complace.

Y el Espíritu bajó para acompañarte.
Gracias a Ti hemos podido conocer a la Trinidad
y saber que Dios nos ama.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret