Domingo III del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 22 Enero 2023
Ayúdanos a responder con rapidez a tu llamada

Señor Jesús, tenemos la sensación
de que nuestra humanidad vive a oscuras:
los conflictos generan guerras,
porque somos incapaces de solucionarlos
con el diálogo y la negociación;
los intereses económicos e ideológicos
pasan por delante del bien común
y la dignidad de las personas y los pueblos;
seguimos destruyendo el planeta,
a pesar de saber y comprobar
los efectos devastadores
que esto genera en el clima
y la pobreza y la explotación
de los más débiles…

Necesitamos tu luz que ilumine
los rincones oscuros de nuestros corazones
y de nuestras estructuras.
La luz que haga brillar
la grandeza y dignidad de cada persona,
la belleza de nuestra casa común.
Necesitamos tu ayuda
para superar nuestros instintos primarios,
para abrirnos a la humanidad nueva
que has venido a gestar,
capaz de amor gratuito, de servicio, de perdón,
de renuncia en bien del otro,
de sensibilidad por los más débiles
y necesitados.

Ayúdanos a responder con rapidez a tu llamada,
como tus primeros discípulos,
y a dejarnos iluminar
por la luz de tu palabra, de tu acción.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Quieres que seamos presencia del Reino en nuestra sociedad

Señor, la luz llegó a Cafarnaún
gracias a tu presencia.
El Reino de Dios se hizo presente
porque tu obrar mejoraba el mundo
y a las personas.
Hoy quieres que sigamos tu misión
y seamos presencia del Reino
en nuestra sociedad.

Señor, siempre te mostraste prudente.
Para evitar la tiranía de los poderosos
te viste obligado a cambiar de residencia.
Hiciste de la necesidad virtud y te adaptaste
a las circunstancias de cada momento.
Gracias, tu ejemplo nos ayuda a vivir
con más serenidad y alegría
los momentos de crisis económica.

Predicaste y buscaste amigos colaboradores.
Eran gente sencilla.
Trabajadores como lo somos nosotros.
Tal vez no abandonaron
sus redes definitivamente,
pero tenían claro que el Reino ocupaba
un lugar importante en su corazón.
Hoy les llamaríamos laicos comprometidos.
Que como ellos
sepamos responder adecuadamente.

"La Missa de cada dia", de l'Editorial Claret
El Reino de la Luz

En ti, Jesús, comenzamos a ver
que el Reino de Dios está entrando en el mundo,
que la oscuridad de la tierra retrocede
ante el brillo que irradias,
porque eres la Luz.

Una gran luz, no sólo para nosotros;
para quienes te reconocemos como Cristo,
sino luz de resplandor universal.
Para los países más lejanos
y para cualquier sociedad crisol de culturas.

Alrededor de la tierra, en cada orilla,
en la montaña o junto al mar,
ofreces y propones un nuevo modo de vivir,
generosamente, según Dios.

Llamas a las personas una a una;
si no son hermanas, para que lo sean.
Las llamas en su trabajo,
para la labor –trascendental-
de difundir el Reino de la Luz.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Sé tú, Señor Jesús, la luz de nuestro camino

Señor Jesús, te damos gracias
porque tú nos iluminas y nos salvas.

Ayúdanos a recibir sin miedo tu luz
para que vayan desapareciendo las sombras
y espacios oscuros que existen aún
en cada uno de nosotros.

Que, como Pedro y Andrés, Santiago y Juan
seamos capaces de dejar todo
y decidirnos a caminar contigo
para que cada día nuestra vida
pueda ser más transparente,
sin nada oscuro a esconder o camuflar.

Que tu luz llegue a todos los rincones
de la vida familiar y personal,
a todos los ámbitos de la actividad social,
profesional, económica o política.

Que superemos la tentación de presentarnos
como mejores de lo que somos
o de querer esconder aspectos poco claros
de nuestra vida personal o colectiva.

Sé tú, Señor Jesús,
la luz de nuestro camino,
luz que cura e indica la verdad,
luz que muestra los valores de la vida,
el valor de las personas, y que nos dice
dónde debemos poner nuestro corazón
para no quedar decepcionados
ni engañarnos a nosotros mismos
buscando inútilmente la salvación
por caminos que no conducen a ella.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que tu llamada transforme nuestras vidas

Señor Jesús, tú que has venido
a restaurar la fraternidad
entre todos los pueblos,
todos unidos como una sola familia
alrededor de la mesa del banquete de tu Reino,
tú que has venido a recapitular
todo el universo en ti mismo,
tú que lo has rescatado
con el precio de tu sangre,
aleja de nosotros el veneno de las desavenencias
y el pecado de las divisiones.

No tenemos derecho a llamarnos tus discípulos
si no nos aceptamos como hermanos,
si fomentamos las suspicacias
y alimentamos la intolerancia,
si hacemos correr los rumores y las sospechas.

Que nuestras comunidades cristianas
sean espacios cada vez más luminosos,
llenos de miradas limpias, palabras claras
y brazos acogedores.
Que tu llamada transforme nuestras vidas
y nos haga testigos de buenas noticias
y portadores de salud para todos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, has venido para mostrarnos el camino de la conversión

Gracias, Señor, por ser la luz
que nos ilumina y nos salva.

Avanzábamos a oscuras,
vivíamos en un país tenebroso,
estábamos cegados por nuestros egoísmos,
nuestra vanidad nos ofuscaba,
sufríamos la oscuridad de la rivalidad,
los celos y la envidia.

Pero nos ha visitado una gran luz,
has venido a nuestra tierra
para mostrarnos el camino de la conversión,

Para curarnos de nuestros miedos,
de nuestras desavenencias,
del espíritu de discordia.

Has venido a vivir a nuestra casa,
para que podamos vivir en la tuya,
para que podamos descansar en tu Presencia.

Queremos convertirnos,
renunciar a nuestro orgullo
y a nuestro afán de protagonismo
que nos enfrenta a nuestros hermanos.

Pero sabemos que no lo podemos conseguir
por nosotros mismos,
con nuestras fuerzas.

Necesitamos tu Espíritu,
envíanoslo para que nos transforme
desde lo más profundo de nosotros mismos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret