Domingo XX del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 20 Agosto 2023
Que tu Espíritu nos ayude a descubrir la voluntad de Dios

Señor Jesús, nos admira profundamente
la fe y el coraje de aquella mujer anónima
que busca el bien y la cura de su hija;
y nos admira también ver como tú la valoras
y sabes descubrir lo que hay en su corazón.

Te pedimos, Señor Jesús, que la atención
a tu palabra y la apertura a la luz del Espíritu
nos ayuden a descubrir la voluntad de Dios
para cada persona y para cada pueblo
en nuestro tiempo.

Que, entre las preocupaciones de cada día,
no nos olvidemos de cuidar
nuestra vida de fe, y de colaborar
para que nuestros hermanos la descubran.

Que en esta época del año,
que para muchos es periodo de vacaciones,
dediquemos tiempo a la lectura de la Palabra,
a la oración, a la reflexión
sobre el sentido que damos a la propia vida,
a cultivar la amistad y el diálogo amable
con las personas que nos rodean.

Que la bendición de Dios llegue
a todos los pueblos y a todas las personas,
en especial a los que están en guerra,
a los que sufren por el hambre
o por olvido de los países más desarrollados,
a los niños y familias que nunca podrán gozar
de unos días de vacaciones.

Que no nos cansemos de creer, de esperar
y de trabajar confiadamente por el mundo
nuevo que tú, Señor Jesús, has inaugurado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La oración de tantos jóvenes puede cambiar nuestro mundo

Señor, en los próximos días
jóvenes de todo el mundo
se reunirán en Madrid.
Muchos vienen esperando encontrarte.
Que no les desilusionemos.
Que les acojamos con espíritu cristiano
y que encuentren en nosotros
el carácter cristiano que tienen nuestras fiestas
aunque a veces queramos olvidarlo.

Señor, miles de jóvenes se sentarán para oroar.
Si atiendes la petición de dos o tres
reunidos en tu Nombre, queremos creer, Señor,
que la petición de tantos
puede cambiar nuestro mundo.

Señor, que sepamos recibir al Papa
como representante tuyo.
Que el corazón actúe
y te veamos en este venerable anciano,
como los primeros cristianos
te veneraron en la persona de Pedro.

Que nuestras autoridades
actúen con elegancia y responsabilidad.
Sea cual fueren sus creencias.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La fe de la madre, curación para la hija

Qué sería de nosotros, Señor,
si te hubieras quedado confinado en Palestina? 
¿Qué sería de los del otro extremo
del mar Mediterráneo, o del mundo,
si te hubieras limitado a atender
a las ovejas perdidas del pueblo de Israel?

No seríamos tus discípulos, tus amigos;
te seríamos ajenos, como forasteros,
llevaríamos la condición de paganos, de extranjeros…
de gente que no conoce al Dios único,
el de la Historia sagrada,
ni al Padre de quien hablas con franqueza.

Pero tú te acercas a todos, cruzas fronteras;
y te dejas abordar, compasivo, por cualquiera,
incluso –en aquél entonces- por las mujeres,
por una mujer cananea, de Fenicia…
que con su gran fe atraviesa tu corazón;
implora humilde, te confiesa Señor,
y obtiene así, de Ti, que se cumpla lo que desea.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Descubrir la voluntad de Dios

Señor Jesús, nos admira profundamente
la fe y el coraje de aquella mujer anónima
que busca el bien y la cura de su hija;
y nos admira también ver como tú la valoras
y sabes descubrir lo que hay en su corazón.

Te pedimos, Señor Jesús, que la atención
a tu palabra y la apertura a la luz del Espíritu
nos ayuden a descubrir la voluntad de Dios
para cada persona y para cada pueblo
en nuestro tiempo.

Que, entre las preocupaciones de cada día,
no nos olvidemos de cuidar
nuestra vida de fe, y de colaborar
para que nuestros hermanos la descubran.

Que en esta época del año,
que para muchos es período de vacaciones,
dediquemos tiempo a la lectura de la Palabra,
a la oración, a la reflexión sobre
el sentido que damos a la propia vida,
a cultivar la amistad y el diálogo amable
con las personas que nos rodean.

Que la bendición de Dios llegue a
todos los pueblos y a todas las personas,
en especial a los que están en guerra,
a los que sufren por el hambre o por
olvido de los países más desarrollados,
a los niños y familias que nunca podrán
gozar de unos días de vacaciones.

Que no nos cansemos de creer, de esperar
y de trabajar confiadamente por el mundo nuevo
que tú, Señor Jesús, has inaugurado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Consagrar la vida a hacer tu voluntad

Tú también tenías tu hoja de ruta, Señor.
Querías congregar en Dios
a toda la humanidad
y salvarla del espíritu del mal
que se había enseñoreado de ella.
Y habías previsto hacerlo
partiendo de los más cercanos: tu pueblo.

Las cosas no fueron tal como esperabas.
No encontraste la fedonde tenía que estar.
Y debiste pensar, como dice el papa Francisco:
la realidad es superior a la idea.

Dame, Señor, la cintura y la lucidez
de saber responder siempre
a las necesidades de las personas concretas
que la vida me presenta.

Que nunca sacrifique una persona
por una idea, por noble que sea.
Consagrar la vida a hacer tu voluntad
es prueba de un alma generosa.
Pensar que tu voluntad se tiene que cumplir
exclusivamente del modo que yo pienso
es síntoma de fanatismo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La fe puede superar cualquier condicionamiento

Señor, gracias por hacer llegar
tu salvación a todos los pueblos,
por revelarte a todas las naciones
sin distinción de lengua, raza o religión.
De otro modo no te habríamos conocido,

No oiríamos hablar de tu Nombre,
no disfrutaríamos de tu Amor.

Gracias por manifestarte al pueblo de Israel,
por cumplir tus promesas
y hacer nacer el Salvador de su linaje.

Tú has llamado a todos a acercarse a Jesucristo,
la única montaña santa adonde peregrinar,
el verdadero templo donde la oración es atendida.

Gracias, hijo de David,
por compadecerte de nosotros
y escuchar la súplica que te dirigimos.

Gracias por esta mujer cananea
que nos ha enseñado que la fe
puede superar cualquier condicionamiento
social, económico o cultural.

Que tu Espíritu Santo nos ayude a escuchar
el clamor de quienes te necesitan,
vengan de donde vengan,
para que tu misericordia,
que supera todas las fronteras,
llegue a todo el mundo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret