Domingo XXII del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 3 Septiembre 2023
Has puesto en nuestro interior el deseo de buscarte

Señor Dios nuestro, te damos gracias
porque pusiste en nuestro interior
el deseo de buscarte
y te dejas encontrar por todos los que te buscan;
como dice el salmo, haznos sedientos de ti,
que nuestra alma desee estar unida a ti
y que sepamos valorar
el amor con que nos amas.

Entonces seremos más capaces, como Jesús,
de poner nuestra vida al servicio de los demás,
de no tener miedo de hacer el bien
y entender que la salvación
es que todos vivan con aquella dignidad
que has querido darnos.
Haznos comprender y vivir también
que lo mejor que podemos ofrecerte y nos pides
es poner todas nuestras capacidades
al servicio de tu proyecto y voluntad,
venciendo el egoísmo que cada día
nos sale al paso y nos desvía de este camino.

Al final de las vacaciones te agradecemos
por los que han podido disfrutar del descanso,
de la compañía de familiares y amigos,
y han podido rehacer sus fuerzas
con un tiempo de paz, de lectura o de oración.

Que el curso que pronto empezará
sea una nueva oportunidad
de crecer como personas
y de ayudarnos mutuamente
en la educación de niños y adultos,
en la atención a los ancianos, a los enfermos,
a los desempleados o a los que corren el riesgo
de caer en la desesperación o el desánimo.

Que el amor con que nos amas
sea la fuerza de nuestra vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero?

Cuántas veces, Jesús, a lo largo del Evangelio,
dices y repites lo que hoy comentas:
tu muerte y resurrección –misterio-
y nuestra cruz, que tanto cuesta de entender.

Y cómo nos conviene que nos lo recuerdes,
ya que siempre es de actualidad,
rabiosa o apagada.
Sufrir mucho en la ciudad,
y de parte de los gobernantes.
Ser cristiano en el mundo
y querer actuar en consecuencia.
Ser incomprendido, tal vez perseguido, por los de fuera
y escandalizado por los de dentro, por los tuyos,
con mentalidad de «tiempos mesiánicos».
¡Son tan atractivos los honores y el poder!

Envíanos tu Espíritu
para que nos inspire a pensar como Dios,
o de lo contrario no te podremos seguir.
Naturalmente, nadie desea ser crucificado,
pero tú nos llevas por el camino del Calvario.
para vivir como tú, es obligado morir.
Lo es, incluso, para salvar la propia vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Te dejas encontrar por todos los que te buscan

Señor Dios nuestro, te damos gracias porque
pusiste en nuestro interior el deseo de buscarte
y te dejas encontrar por todos los que te buscan;
como dice el salmo, haznos sedientos de ti,
que nuestra alma desee estar unida a ti y que
sepamos valorar el amor con que nos amas.

Entonces seremos más capaces, como Jesús,
de poner nuestra vida al servicio de los demás,
de no tener miedo de hacer el bien y entender
que la salvación es que todos vivan con
aquella dignidad que has querido darnos.

Haznos comprender y vivir también que
lo mejor que podemos ofrecerte y nos pides
es poner todas nuestras capacidades
al servicio de tu proyecto y voluntad,
venciendo el egoísmo que cada día
nos sale al paso y nos desvía de este camino.

Al final de las vacaciones te agradecemos
por los que han podido disfrutar del descanso,
de la compañía de familiares y amigos,
y han podido rehacer sus fuerzas con
un tiempo de paz, de lectura o de oración.

Que el curso que pronto empezará
sea una nueva oportunidad de crecer
como personas y de ayudarnos mutuamente
en la educación de niños y adultos, en
la atención a los ancianos, a los enfermos,
a los desempleados o a los que corren el riesgo
de caer en la desesperación o el desánimo.

Que el amor con que nos amas
sea la fuerza de nuestra vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Sólo tú tienes palabras de vida eterna

Sabes, Señor, que sufrimos por tantas cosas:
La salud, el trabajo, la buena fama,
la armonía familiar, la paz social…
e incluso por cosas tan banales
como puede ser un gol de más o de menos.

Nos da miedo caer en el caos
si las cosas no salen como queremos.
Y no nos damos cuenta de que, si no hay caos
es porque tú sostienes todo el mundo
en la existencia, y has dado un sentido
a todo lo que has creado.

Por esto, aunque no lo entienda,
confío en ti y me dispongo a cargar la cruz,
mucho más pequeña que la tuya,
y  a seguirte por el camino
que tú sabes adónde lleva.

No me dejes caer en la tentación
de retroceder,
sólo tú tienes palabras de vida eterna,
sólo tú sabes el camino de la Vida
que vence a la muerte y a todo mal.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tú nos enseñas a aceptar la voluntad de Dios

Gracias, Señor, por la Palabra
que nos diriges a través de tu Hijo,
de los profetas y de los apóstoles.
Gracias porque también nos hablas en los sacramentos,
en la oración y en la comunidad eclesial.

En ocasiones no nos gusta lo que nos dices,
porque remueve nuestras conciencias.
Preferiríamos un mensaje edulcorado
que nos ahorrara el sufrimiento.

En el fondo pensamos que, como cristianos,
«esto no nos puede pasar».
Una tentación que nos quiere hacer creer
que somos diferentes de los demás
y nos aleja de tu camino.

En cambio, Tú nos enseñas
a aceptar la voluntad de Dios,
aunque no la entendamos,
a confiar en ella, porque será lo mejor para nosotros.

Te pedimos perdón por el orgullo
que nos hace pensar que te equivocas,
y creernos más sabios que Tú.

Que tu Espíritu Santo nos ayude
a reconocer lo que es bueno,
agradable y perfecto a tus ojos,
y nos dé fuerzas para cumplirlo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret