Domingo II de Cuaresma

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Domingo, 25 Febrero 2024
Nos invitas a vivir como hijos tuyos

Queremos darte gracias, Padre,
porque nos invitas a vivir como hijos tuyos
y porque en Jesucristo nos indicas
cuál es el camino para seguir esta vocación.

Gracias también
porque nos llenas de bendiciones
y, dándonos a tu Hijo como hermano,
nos has dado y nos das todo.

Queremos responder a tus dones
con la confianza de saber, como Pablo,
que Tú estás con nosotros
y con la decisión de obedecer
a tu mandamiento
de escuchar en todo
a tu amado Hijo Jesús.

Haz que sepamos «subir a la montaña»
con frecuencia, para estar contigo, escucharte
y renovar las fuerzas para nuestro camino;
que el contacto frecuente contigo
nos transforme y nos haga pasar
del egoísmo a la plena generosidad,
de la poca fe a la confianza total,
del individualismo a la vida de comunidad,
de la acomodación al seguimiento
generoso de Jesucristo.

Que, caminando cada día con Jesús,
aprendamos a ser una Iglesia servidora,
que vive y da testimonio
del gozo del Evangelio,
de la alegría de la vida en fraternidad,
del perdón y la reconciliación
que renuevan la vida
de las personas y de los pueblos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Dios deja claro que tu misión es la suya

Señor, te llamaron loco y blasfemo.
Hoy en el Tabor,
Dios deja claro que tu misión es la suya.
Señor, que las personas
que tienen responsabilidades
y cada uno de nosotros,
podamos experimentar
nuestros momentos de Tabor
que den sentido a nuestro trabajo.

Señor, hoy nos muestras
los frutos de la conversión.
Quien sube poco a poco
el camino que lleva a Ti
cambia internamente
y los efectos son fácilmente visibles
para lo que le rodean.
Señor, que nuestro cambio sea interior
y nos ayude a vivir con ilusión y sensatez
estos momentos difíciles.

Señor, los cambios duraderos
empiezan por cambiar interiormente
y ver la vida y las personas con otros ojos.
Que cada día sepamos ver algo bueno
en lo que nos toca vivir.

Señor, que sepamos ver lo bueno
que has puesto en cada uno de nosotros.
Que sepamos transfigurarnos
y actuar a partir de nuestros valores
en lugar de ver y repetir
una y otra vez lo negativo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Encontramos a Dios en nuestro camino

El sacrificio de Abrahán
resulta realmente conmovedor.
Dios no puede pedir esto,
nos decimos al oir el relato.

La fe de Abrahán
es la fe de los padres
de niños con enfermedades raras,
con deficiencias y minusvalías.

Ahí están y siguen confiando
que Dios guiará la mente de los científicos.

La fe lógica y sin pasión
que nos mantiene en la mediocridad de los que cumplen
no es la fe de Abrahán ni la de Jesús.

Los místicos del siglo XXI
están profundamente conectados con la vida.
Son peregrinos de la vida
y en muchas ocasiones acompañan
a los que sufren su calvario.

Que a lo largo de esta semana,
cada mañana recordemos nuestro pacto bautismal con Dios
y que la noche nos ayude a dar gracias
porque hemos encontrado a Dios en nuestro camino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Me conduces por el camino de la vida

Jesús,
te rezo a menudo y leo el Evangelio,
pero me cuesta conocerte bien.

Pedro, Santiago y Juan
estaban siempre contigo,
hablaban contigo y te veían actuar;
pero ellos tampoco te conocían del todo.

Un día les invitaste a la montaña
para vivir una experiencia de soledad y oración.
Tuvieron la suerte de descubrirte como Mesías.

El mismo Padre del cielo les dijo
que tú eras su Hijo amado
y les pidió que te escucharan.

Fue una muestra de la felicidad que nos espera
y que da sentido a los esfuerzos de la vida ordinaria.

El evangelio de la Transfiguración me motiva
a esforzarme para poner en práctica
lo que me propones durante la Cuaresma.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos invitas a vivir como hijos tuyos

Queremos darte gracias, Padre,
porque nos invitas a vivir como hijos tuyos
y porque en Jesucristo nos indicas
cuál es el camino para seguir esta vocación.

Gracias también
porque nos llenas de bendiciones
y, dándonos a tu Hijo como hermano,
nos has dado y nos das todo.

Queremos responder a tus dones
con la confianza de saber, como Pablo,
 que Tú estás con nosotros
y con la decisión de obedecer a tu mandamiento
de escuchar en todo a tu amado Hijo Jesús.

Haz que sepamos “subir a la montaña”
con frecuencia, para estar contigo, escucharte,
y renovar las fuerzas para nuestro camino;
que el contacto frecuente contigo
nos transforme y nos haga pasar
del egoísmo a la plena generosidad,
de la poca fe a la confianza total,
del individualismo a la vida de comunidad,
de la acomodación al seguimiento generoso
de Jesucristo.

Que, caminando cada día con Jesús,
aprendamos a ser una Iglesia servidora,
que vive y da testimonio del gozo del Evangelio,
de la alegría de la vida en fraternidad,
del perdón y la reconciliación que renuevan
la vida de las personas y de los pueblos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, enséñame a ir más allá de la apariencia de las personas

Seguro, Señor Jesús, que Pedro, Santiago y Juan
empezaron a mirarte de otra manera
después de verte transfigurado
en la montaña.
Seguro, también,
que después de tal demostración
debieron quedarse pasmados cuando les dijiste:
ni una palabra de eso.

Así fue como aprendieron a valorar
la grandeza divina escondida
en cada pequeño gesto tuyo de bondad,
de ternura, de cuidado, de perdón.

Así fue como llegaron a entender
que quien acoge a un niño,
da de comer al hambriento,
visita a un enfermo o a un preso,
te acoge, te alimenta y te viste a ti.

Señor, enséñame a ir más allá
de la apariencia de las personas.
Que no prejuzgue a nadie
por su aspecto exterior
y que busque especialmente tu presencia
en los más pobres
y menos valorados del mundo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
No convirtamos la cruz en un objeto de lujo o de decoración

Han pasado veinte siglos, Señor,
y tu cruz sigue siendo
un escándalo y un absurdo.
Escándalo para los que no soportan
que Dios se muestre débil y sufriente,
absurdo para los que no creen en un Dios
que dé sentido al mundo,
y todavía menos que este sentido sea
la entrega de uno mismo.

La cruz nos dice que no salvan la fuerza,
la riqueza ni el placer. Ni siquiera la razón.
Sólo salva el amor, un amor radical
que da la vuelta y da sentido
a las peores realidades del mundo,
que son el sufrimiento y la muerte.
Un amor que es la fuente
de la auténtica belleza,
la verdadera riqueza y el gozo perenne.

No convirtamos la cruz
en un objeto de lujo o de decoración.
No la escondamos ni la camuflemos.
Ella es el núcleo del evangelio.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Disfrutamos de tu misericordia a través del sacramento del perdón

Gracias, Señor, por haberte posicionado a favor nuestro,
por habernos dado a tu Hijo,
que está a tu derecha intercediendo por todos nosotros.

Como Abraham estuvo dispuesto a sacrificar al hijo de la promesa,
Tú has entregado a tu propio Hijo para rescatarnos.

Si estamos convencidos de este misterio, no tenemos miedo,
si esta verdad arraiga en nuestro corazón,
a pesar de nuestras debilidades
y de las adversidades de la vida,
una seguridad inefable sostiene nuestra existencia.

Como Pedro, Santiago y Juan hemos subido tantas veces a la montaña
para contemplar tu gloria.
Nos enriquecemos con la sabiduría que impregna tu Palabra,
contemplamos tu presencia oculta en el pan eucarístico,
disfrutamos de tu misericordia a través del sacramento del perdón,
experimentamos tu proximidad cuando nos acercamos a los vulnerables.

Alentados por tantas experiencias de tu amor,
podemos seguirte por los caminos de la conversión
para descubrir en tu cruz,
no una derrota,
sino la victoria del amor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret