Domingo XIII del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 30 Junio 2024
Que sepamos ser hoy portadores de vida y de esperanza

De todo corazón te damos gracias, Dios y Padre nuestro,
porque nos has creado para la vida
y porque tu deseo es
que todos vivan en plenitud.

Gracias porque tu Hijo Jesús,
con palabras i obras,
nos dice que quieres libertarnos de todo mal.

Como deseaba Jairo para su hija,
te pedimos que nos impongas tus manos,
que nos dejemos tocar el corazón y transformar
por tu amor y tu misericordia
para que, desde nuestra pobreza y limitaciones,
también nosotros sepamos ser hoy
portadores de vida y de esperanza.

Ayúdanos, Padre, a levantarnos
de tantas situaciones de desánimo en que caemos
a lo largo de la vida, y ayúdanos especialmente
a no dar por perdida de modo definitivo
ninguna situación negativa que vemos
en nuestro mundo, en la Iglesia,
en nuestras familias o en nosotros mismos.

Dios y Padre nuestro, nos has hecho
a imagen de tu existencia eterna;
que cada día nos ayudemos mutuamente
a construir nuestras vidas
según tu proyecto.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Danos, Señor, un corazón comprensivo y misericordioso

Señor, la hemorroísa se acercó
y tocó tu manto convencida de su curación.
Segura de que la entenderías.
Ojalá sepamos acercarnos a tu Palabra
con la misma fe.
No siempre entendemos el mensaje
pero estamos seguros de su eficacia.

Señor, curar a la hemorroísa
y entrar en casa de Jairo
te pusieron en contacto
con «la impureza legal».
Como siempre,
ganó el interés por las personas
que por su vida o por su enfermedad
están excluidas.
Danos, Señor,
un corazón comprensivo y misericordioso.

Señor, la hemorroísa
era una mujer marginada.
Se sentía maltratada por la sociedad
y por las personas.
Señor, que como Tú hiciste,
sepamos tender una mano
a los que se sienten abandonados
por la falta de trabajo,
por su situación familiar
o por estar lejos de su país.

Muchas niñas y jóvenes, Señor,
mueren o destruyen su vida
a causa de la anorexia.
No tienen ilusión de vivir
y mueren de hambre
en una sociedad de abundancia.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sepamos descubrirte en los más necesitados

Señor, que aceptemos que la muerte
forma parte de nuestra vida.
Que la separación de los seres queridos
no es definitiva.
Que tengamos siempre presente
que las personas amadas siguen a nuestro lado.

Señor, que como Jairo,
superemos los prejuicios religiosos y sociales
y seamos capaces de atender a las personas
que están en la calle o viven sin esperanza.
Que sepamos descubrirte en los más necesitados.

Queremos llevar ante Ti, Jesús, a esas mujeres
rotas por las experiencias de la vida,
defraudadas por tantas promesas incumplidas,
infecundas e incapaces de llevar a cabo
lo que ellas desearían.

No dejes de tu mano Señor, a los padres
con hijas o hijos con anorexia, sida
u otras enfermedades poco comprendidas
por la sociedad.
Que encuentren entre los cristianos el amor
y la comprensión que Tú demostraste
ante la hija de Jairo y ante la hemorroísa.

Señor, que con nuestra vida hagamos
que se acerquen a Ti los que no te conocen.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Admiro tu sensibilidad

Jesús, tu sensibilidad es muy grande;
todo tu ser está dispuesto a acoger
y ayudar a los que te necesiten.
Eres capaz de descubrir
los sentimientos de la gente
a través de la palabra
pero también te dejas tocar el corazón
por los gestos y las miradas.

Tienes la sensibilidad de una persona buena
y, también, la del corazón del Dios-Amor.

Tu preocupación es que las personas
lleguen a la paz del corazón
y al bienestar del cuerpo;
por eso, curas las enfermedades
y perdonas los pecados.

Te quiero pedir que el contacto con la Eucaristía
me haga disfrutar de la paz de tu presencia
y me ayude a liberarme de todo mal.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos propones compartir con el prójimo la vida que nos das

Señor, gracias porque eres un Dios de vida,
porque no quieres la muerte del ser humano,
sino que, al contrario, lo has creado para que disfrute
de tu misma eternidad.

Gracias por enviar a tu Hijo
y mostrar a través de sus signos
que tienes poder para liberarnos
de las consecuencias del mal,
de la enfermedad e, incluso, de la muerte.
Él quiso compartir la debilidad de la condición humana
para hacernos participar de su vida en Dios,
el mayor de los tesoros.

Sin embargo, la envidia es un obstáculo
que nos separa de Ti y de nuestros hermanos.
Te pedimos perdón por las veces que no somos capaces
de alegrarnos del bien que obras en los demás,
como el hermano mayor del hijo pródigo.
Tenemos la tentación
de querer ser los únicos beneficiarios de tu gracia,
y, si no lo somos, a veces nos rebelamos.

En cambio, Tú nos propones compartir con el prójimo
la vida que nos das,
para que se multiplique
y puedan disfrutarla todos tus hijos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Atesorar es perder, compartir es ganar

Señor Jesús, sabemos que hay que orar
con la mano en el corazón,
pero hoy san Pablo nos enseña
que también hay que poner la mano en el bolsillo.

Si de veras creemos
que somos hijos de un mismo Padre
no podemos quedarnos indiferentes
mientras haya un solo hermano nuestro
que pase necesidad.
¿Cómo pretendemos que el Padre nos abra la puerta
si sabe que hemos dejado a un hermano
que pasa hambre?

Orar no es cerrar los ojos a mis hermanos
sino recordar que Dios ha creado la tierra
para que todos podamos vivir en ella.
No somos propietarios sino administradores,
y tendremos que rendir cuentas
del uso que hayamos dado
a los bienes que Dios nos ha puesto a disposición.
Atesorar es perder, compartir es ganar.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret