Tamarit Pinyol, Artur

Tenemos un testimonio de excepción del martirio del joven sacerdote P. Artur Tamarit. El P. Xavier Morell, compañero en la comunidad de Lleida y más tarde mártir como él, escribió al Sr. Lluís, hermano de Arturo, desde la cárcel:

"26 julio 1936. — Muy estimado señor: Dios le guarde. Aprovechando la oportunidad de pasar por aquí algunos de Juncosa que han estado presos en Lleida, quiero dirigirle unas líneas de pésame y felicitación a la vez. Seguro que ya temería algo semejante. Se trata de su hermano Arturo, Misionero; el día 21 de julio fue apresado aquí en Lleida juntamente con cinco hermanos suyos en Religión, entre los cuales está el que suscribe, el cual pasó toda la carrera con él.

Encarcelados, pues, aquí (le escribo desde la cárcel) pasamos los días hasta el 25 con todas las incomodidades e inconveniencias que usted puede suponer. El día 25 hacia las 4.30 de la mañana entraron unos del Comité con pistolas y máuseres, en nuestra sala, en la que dormíamos 32 amontonados a más no poder; y después de despertarnos con el susto mortal que es de suponer, el que parecía el cabecilla exclama: "Pobres, todos me dan lástima." Entonces los otros milicianos dijeron: "Pues escoja algunos por lo menos." Y su hermano Arturo fue uno de los privilegiados juntamente con los PP. Torres y Baixeras, también Misioneros. Le digo que fue uno de los privilegiados, porque aquí pasamos tantos sustos mortales, que todos deseamos que terminen pronto con nosotros. Hacia las cinco menos cuarto oímos una serie de descargas y todos suponemos que a esta hora él y sus compañeros murieron mártires de la Religión y de la Patria.

Reciba, pues, mi más profundo pésame por la trágica muerte de su hermano. Pero ya dije que al mismo tiempo le felicito porque ciertamente lo mataron por ser Religioso, pues dijeron que querían matar a todos los Religiosos, y, al escogerlo a él y a los otros, les preguntaron si eran Religiosos. Murió, pues, por ser Religioso; y por consiguiente es verdadero mártir.

Tiene usted un hermano mártir... ¿Quiere gloria mayor? Él desde el Cielo intercederá por toda su familia, y él ruegue por éste su hermano para que Dios se apiade de mis pecados y se cumpla en mí su voluntad. Si desea más noticias de su hermano ya me lo dirá por medio de Remigio, a quien también conozco, si es que salgo de ésta.

De usted afectísimo s. s. en Jesús y María, Javier Morell, C. M. F.

Artur nació en el Soleràs de unos padres, Pío y María, profundamente cristianos que dieron a la Iglesia 4 misioneros claretianos: Alfred, Píus, Remigi y Artur.

Artur nació el 2 de agosto de 1913 y fue bautizado el 5 del mismo mes y año. A sus ocho años hizo la primera comunión. Aprendió las primeras letras en la escuela del pueblo: era de talento más que regular y muy aplicado. Era respetuoso con los maestros y de buen trato con los compañeros.

Muy pronto se sintió llamado a seguir las huellas de sus hermanos mayores e ingresó en el seminario claretiano de Barbastro. Cursados los cursos de humanidades y terminado el noviciado, Artur profesó en Vic el 15 de agosto de 1929. La impresión de su Maestro era: Pacífico, condescendiente, comunicativo, bueno para la vida de comunidad, alegre, emprendedor, moldeable.

Continuó los estudios superiores de filosofía y teología en Solsona y Cervera. El día 3 de agosto de 1934 escribe en su diario: Viernes. Hago mi profesión perpetua que me toma el P. Superior, Jaume Giron.

Un mes más tarde escribe: 11.09.1934 Martes Vamos una tanda al Mas [para una semana] compuesta por los Srs. Llorente, Badía, Pérez, Vidaurreta y Briega con el que suscribe [Artur Tamarit]. Los Sres Llorente, Vidaurreta fuimos un par de horas antes que los demás para avisar a los Hnos. del Mas para que preparasen la comida. 17.09.1934 Lunes Vamos a Cervera después de haber pasado una semana deliciosísima en el Mas… Algunas cosas que me he dejado en el archivo del olvido no se pueden poner aquí

Hay que decir que en el Mas había algunas cosas penosas como dormitorios provisionales, moscas, calor, y el trabajo de recoger almendras al que alude varias veces el beato y que para quien no está habituado es penoso. Y así Artur nos dejó día tras otro un diario que providencialmente se salvó de la catástrofe de la revolución.

El domingo 7 de octubre de 1934, escribe:

Celebra en nuestra capilla el P. Munárriz. Con ocasión de la revuelta que hay en Catalunya se cierran todas las iglesias. El P. tuvo que consumir todas las formas consagradas por lo que pudiera pasar. Después de desayunar se nos concede unas dos horas de tiempo libre y se nos comunica  que ayer noche tenían dada la orden los revolucionarios de desalojar la Universidad en 24 horas. Hoy ha quedado sofocada satisfactoriamente la revuelta y desde las 7 de la mañana vuelve a reinar la tranquilidad por todas partes.

Todos los inquilinos de la universidad corrieron un peligro que no le oculta a nadie. I fue una experiencia que los marcó profundamente en su conciencia martirial.

Fue importante para la congregación y para quienes lo vivieron, el centenario de la ordenación del P. Claret en Solsona el 13 de junio de 1935.

Nos levantamos  a las 6 menos cuarto. A las 7, meditación dirigida por el P. Fabregat. A las 8 y 20 empezaba en el Palacio episcopal la Misa solemne de Ordenación. Artur recibió el subdiaconado. Se repartió a todos una estampa recordatorio de la ordenación sacerdotal del P. Fundador. Hubo una procesión y la función acabó pasadas las dos. En el comedor, con la asistencia del obispo, empezó el brindis el Sr. Elcano leyendo en latín una felicitación conmemorativa de la fiesta. Después de cenar todavía tuvo lugar un acto en que predicó el P. Giron. Largo recreo y muy tarde a la cama.

Podemos seguir los pasos hacia el altar del P. Artur. Su diario en la su concisión transpira sentimientos de alegría, ternura y esperanza. La mañana del 9 de abril de 1936 llevó la cruz procesional y el viernes santo cantó la Pasión como cronista. Y en la función de las siete Palabras comentó la tercera y, el sábado santo, con el Sr Manuel Esqué hizo los oficios en las Hermanitas de los Pobres.

El lunes día 13 ¡¡¡iniciaron los ejercicios preparatorios al sacerdocio!!! [así, ¡con tres admiraciones!] bajo la dirección del P. Joan Blanch. Le llegó la dispensa de edad para poderse ordenar y recibió carta de su padre. Seria de las últimas si no la última. Y el sábado, 18, escribe que el Sr. Perich acababa de prepararle la cinta para la ordenación. ¡Mil gracias!

Al acabar los ejercicios recibe la visita de sus hermanos Pius y Remigi. Finalmente el 19 de abril, domingo, ¡¡¡Nos ordenamos de Sacerdotes!!! Els Srs. Morell, Masferrer... y un servidor. Confiere las órdenes el obispo de Barbastro, mártir,  Excm. Sr. Dr. D. Florentino Asensio Barroso. Asisten mis hermanos... El día 20, lunes, Primeras misas de los neo-sacerdotes. Llega a les 9 mi familia: el padre, el Párroco, María, sus dos hijos, dos primos y Pepito el chofer. Digo la primera misa a las 9.45, de la Virgen, altar del P. Fundador. Pudo ver y abrazar a su padre por última vez, porque el día 1 junio escribe con una serenidad impresionante:

Mi hermano Pío me comunica la triste noticia del fallecimiento de mi padre el día 30. Dominus dedit, Dominus abstulit. Bendito sea Dios.

En los días siguientes anota el altar en que celebra y las comuniones que distribuye. El 24 todavía pudo presentar al P. Juan Díaz Nosti la garlanda: un cuadernillo con diversos escritos de felicitación y homenaje.

El 25 de junio –un mes exacto antes de su muerte– escribe: Nos vamos [de Barbastro] todos los destinados. El P. Morell y el Sr. Perich con un servidor a Lleida. El día 26 celebra en el altar del Corazón de Jesús y por la tarde se va con el P. Baixeras a ver la Academia Mariana de Lleida.

Y así continúa hasta los días 18, 19, 20 y 21 de julio. Celebra en el altar de San José y el domingo 19 en casa de Mn. Pelegrí, enfermo. Curiosamente no da ninguna noticia de los dramáticos sucesos de estos días. Porque el 21 entraba en la cárcel de la cual saldría para el martirio el día 25 a sus 23 años de edad. La compartió con otros claretianos y seglares. Un testigo dice de él que ya al detenerle lo derribaron de un estacazo.