Font Font, Manuel
El P. Manuel Font nació en el pueblo de Torrebeses, provincia de Lérida, el 13 de junio de 1878 y fue bautizado el mismo día del nacimiento en la iglesia parroquial de San Salvador de dicho pueblo. El día cinco de julio de 1880 recibió la confirmación de manos del Excmo. Tomás Costa, Obispo de Lérida, en su visita pastoral a dicha parroquia.
Sus padres fueron D. José Font, propietario, y Dª. Raimunda Font, que tuvieron varios hijos. Era una familia cristiana de buenas costumbres y honrada. A Manuel se le despertó la vocación en un novenario.
Su ingreso en la Congregación tuvo lugar en Barbastro el 11 de noviembre de 1890. Entonces comenzó los estudios de preparación y siguió con los de Humanidades, al final de los cuales pasó al noviciado de Cervera, a donde llegó el 24 de agosto de 1894 y después de los ejercicios espirituales inició bajo la dirección del P. Antonio Sánchez del Val y profesó el 15 de septiembre de 1895.
Los estudios de filosofía los hizo en la misma casa de Cervera. Durante el primer curso de filosofía, el 9 de noviembre de 1895, recibió la primera tonsura de manos del Excmo. Ramón Riu, Obispo diocesano. En la misma casa de Cervera comenzó los estudios de teología, y recibió las cuatro órdenes menores el 20 de mayo de 1900. En el verano de este año pasó a Santo Domingo de la Calzada para proseguir con el tercer curso de teología. En esta ciudad recibió el subdiaconado el 22 y el diaconado el 29 de junio de 1902. Al año siguiente, el día 6 de mayo, recibió el presbiterado de manos del Excmo. Gregorio María Aguirre, Arzobispo de Burgos.
Misionero en Fernando Póo. El día 25 de septiembre de 1904 embarcó en Barcelona con destino a las misiones de Fernando Póo, a donde llegó el 17 de octubre de ese mismo año. Inmediatamente fue a Basilé. Poco después embarcó para Elobey y en octubre del año siguiente fue a Banapá y el 27 de diciembre de 1905 volvía a España. Poco más de un año duró su experiencia misionera.
«Fue una verdadera lástima, pues hubiera podido ser miembro muy provechoso para las Misiones, de no haber prevalecido en él una especie de idiosincrasia que malogró en flor, sus cualidades naturales. Tenía habilidad innata para las artes y gran capacidad para el manejo de lenguas extrañas. En el corto espacio de su residencia en Corisco se había compenetrado con el lenguaje benga y lograba entenderse y comunicarse con aquellos naturales.
Pero al sentirse atacado de las primeras fiebres se le antojó que no podía tomar agua durante el acceso de la misma. Le quisieron persuadir y convencer de todo lo contrario, para favorecer la transpiración y el sudor, mas él prosiguió adherido a su errónea convicción, rehusando tomar agua en tales ocasiones por más que su propia naturaleza se lo reclamara. Resultado. Que fueron menudeándole los ataques febriles, incapacitándole para toda operación de nuestros ministerios, por cuyo motivo hubieron de reconocer los Superiores que resultaba incapaz para las labores que incumben a una Comunidad y Colegio, y como consecuencia fue forzoso licenciarle para la Península».
En España y sus máquinas-maquinaciones. Una vez que llegó a la península, como enfermo, por debilidad mental, fue enviado a la casa de Sabadell y a los tres años, 1909, a la Selva del Campo sin cargos ni oficios. En 1910 tomó derroteros que congeniaban con su capacidad para las artes manuales y pidió permiso para dedicarse a inventos físicos, que le fue concedido como una distracción, pero su estado mental no mejoraba y en noviembre de 1911 fue destinado a Cervera.
En Cervera seguía el régimen de enfermo y no se consideraba apto para nada formal y constante. De todas las maneras su imaginación no paraba, se le ocurrían las cosas más descabelladas, con su lógica, y cada dos por tres escribía al gobierno general para conseguir su autorización. Llama la atención lo bien escritas que están las cartas.
En 1913 fue destinado a Tarragona, también sin cargo u oficio. Pero su imaginación no paraba. A mitad del año 1917. Ese mismo año fue enviado a Alagón a probar nuevos aires y en 1922 a Cervera. De nuevo a Alagón con su enfermedad imaginaria más que otra cosa y sin hacer lo que debería y vuelta a Cervera y al Mas Claret.
Cualidades. Cuando estaba en Barbastro se decía que era un poco ensimismado, un poco apocado, pero de confianza. Según su maestro de noviciado tenía conducta ejemplar. También se decía que era algo precipitado, impresionable. Era reflexivo y dócil. Se puso muy neurasténico.
Los estudios los hizo con gran provecho, pues tenía buenas cualidades intelectuales.
Martirio. Cuando estalló la persecución marxista se encontraba en la finca de Mas Claret. Aquí siguió el tenor de vida que pudo.
El día 19 de octubre por la tarde se presentaron los milicianos armados y ataron a los misioneros y los llevaron a los límites de la finca.