María,
 tú me inspiras una actitud activa de Adviento.
Tu fidelidad constante, llena de amor,
 hace que Dios te encuentre preparada para acogerlo.
El enviado de Dios, pasmado ante ti,
 te saluda en nombre de Dios
 como la llena de gracia.
En ti todo es amor sencillo
 y disponibilidad confiada.
 Siempre has creído en Él y acogido su gracia,
 por eso, ha podido hacer maravillas en ti.
Tu amor sencillo y transparente
 te permite dialogar y pedir explicaciones.
Querías saber de qué manera, desde tu pequeñez,
 podías colaborar eficazmente
 en el Proyecto de Dios.
Para ti, Él era el amigo y el confidente
 en quien habías puesto todo tu amor.
Aun sin comprenderlo todo,
 te fías de él, una vez más,
 y te pones absolutamente, espíritu y cuerpo,
 al servicio de su Proyecto salvador.
¡Gracias, Madre! ¡Hazme semejante a ti!