Domingo XXVIII del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 15 Octubre 2023
Jesús es el Novio que ha realizado la alianza para siempre con toda la humanidad

Te damos gracias, Padre,
porque Jesús habla de la salvación
como de una fiesta de casamiento
a la que el Padre del Novio
quiere invitar a todos;
y porque el propio Jesús,
participando en la fiesta de las bodas de Caná
y con toda su vida, deja entender
que él es el Novio que ha realizado
la alianza para siempre con toda la humanidad,
una alianza que jamás se romperá
porque tu amor, Padre, nunca falla.

Te pedimos, Padre, que esto
nos haga vivir con gozo y esperanza
en las tribulaciones y sufrimientos de cada día,
mostrando con nuestra vida
que vale la pena aceptar tu invitación.

Que seamos capaces de vivir desde ahora
con el traje de fiesta,
de la fiesta de la vida y la dignidad para todos,
construyendo un mundo en que haya pan
en la mesa de todas las familias,
donde cada persona
sea vista y valorada como hermano
y nunca como objeto
y donde nadie piense que solo es para él
lo que tú, Padre, has puesto
a disposición de todos tus hijos e hijas.

Que, como María en la fiesta de Caná,
seamos una comunidad
de ojos y corazones abiertos
a las necesidades de nuestros hermanos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que la alegría sea la expresión de nuestra fe

Señor, no quieres
que convirtamos el cristianismo
en un compendio de deberes morales.
Quieres que la alegría
sea la expresión de nuestra fe.

Señor, una persona sola no puede
celebrar una fiesta ni hacer un banquete.
El individualismo poco o nada
tiene que ver con tu proyecto.
Que nuestras Eucaristías, Señor,
rebosen de cantos y deseos de compartir.

Señor, a veces pecamos de demasiado hartos.
Nos llamas una y otra vez
pero andamos muy ocupados en mil cosas.
Nos cuesta poner en primer lugar
cuanto a Ti se refiere.
Siempre lo dejamos para más tarde.

Señor, que seamos mensajeros de tu amor.
Que cuanto recibimos en la Eucaristía
y en nuestra vida cristiana,
sepamos transmitirlo y contagiarlo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Unas bodas como recuerdo

Gracias, Señor y Creador nuestro,
porque en la misma naturaleza humana
nos has ofrecido un camino para acceder a ti.
Aunque nuestros sentidos
no nos permitan verte ni palparte,
aunque haya muchos que duden de tu existencia,
has hecho que todos entiendan
que la fiesta es buena,
que da gusto compartirla con los amigos,
que el amor humano de una boda
merece una gran celebración en familia.

Y nos das a entender cómo se parece tu Reino
a esta alegría desbordante aderezada con bailes
tras un banquete de platos sabrosos
y vinos selectos. Reino de alegría y de unión.

Ahora proclamas
que todos estamos invitados al banquete.
No comprendemos que Tú eres una fiesta,
que se trata de la boda de tu Hijo con nosotros,
y todo son excusas. ¡Qué lástima!
Pero ya habrá quien se aproveche.
Como en Caná, cuando María
-hoy María del Pilar- hizo manifestarse a Jesús.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Abiertos a las necesidades de nuestros hermanos

Te damos gracias, Padre, porque Jesús habla
de la salvación como de una fiesta de casamiento
a la que el Padre del Novio quiere invitar a todos;
y porque el propio Jesús, participando en
la fiesta de las bodas de Caná,
y con toda su vida, deja entender
que él es el Novio que ha realizado la alianza
para siempre con toda la humanidad,
una alianza que jamás se romperá
porque tu amor, Padre, nunca falla.

Te pedimos, Padre, que esto nos haga vivir
con gozo y esperanza en las tribulaciones
y los sufrimientos de cada día,
mostrando con nuestra vida que vale la pena
aceptar tu invitación.

Que seamos capaces de vivir desde ahora
con el traje de fiesta, de la fiesta
de la vida y la dignidad para todos,
construyendo un mundo en que haya
pan en la mesa de todas las familias,
donde cada persona sea vista y valorada
como hermano y nunca como objeto
y donde nadie piense que sólo es para él
lo que tú, Padre, has puesto a disposición
de todos tus hijos e hijas.

Que, como María en la fiesta de Caná,
seamos una comunidad de ojos y corazón abiertos
a las necesidades de nuestros hermanos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Cada día es una invitación al banquete del Reino

Padre, cada nuevo día que nos regalas
es una invitación al banquete del Reino.
Al abrir los ojos, quiero darte gracias.
Al pisar la calle, quiero saludar a todos
como quien saluda a los invitados a una fiesta.
Al ponerme a trabajar,
lo hago como quien ayuda a poner la mesa
y cuida de que todo esté a punto.

Me maravilla pensar cuántas veces al día
me renuevas la invitación:
cada vez que tengo ocasión
de ayudar a un necesitado,
de responder con una sonrisa a un reproche,
de ofrecer consuelo o compañía…
Cada vez que encuentro una iglesia abierta
o que me viene a la mente
un pasaje del evangelio,
cada vez que recuerdo que me amas,
que me conoces mejor que yo mismo
y que nunca dejas de esperarme.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, quieres mostrarnos el camino de la auténtica alegría

Señor, te damos gracias por el banquete de bodas
que nos has preparado.
Sabes cuánto nos gusta comer y beber,
reunirnos y festejar,
bailar y celebrar la vida.

Tú no nos privas de todo esto,
pero quieres que seamos conscientes de su significado.
Quieres enseñarnos el sentido de la celebración,
para que no nos dejemos llevar
por la ebriedad de las emociones
ni por el desenfreno.

Quieres mostrarnos el camino de la auténtica alegría.
Se abre cuando nos damos cuenta de que lo recibimos sin merecerlo.
Se trata de un regalo, de un don gratuito,
que no hemos tenido que ganarnos,
sino que nos lo das porque nos amas.

Es un signo de tu amor
y, como tal, debemos acogerlo con respeto y gratitud.
De lo contrario, somos unos aprovechados
y nuestro corazón se entristece,
experimentamos una dolorosa soledad
a pesar de encontrarnos en medio del bullicio.

La verdadera alegría nace
cuando descubrimos cómo nos acompañas
en todas las circunstancias de nuestra vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret