¡Los claretianos Benjitu y Dion ya son sacerdotes!

29/06/2013

El pasado sábado, 29 de junio, el obispo de Vic, Mons. Romà Casanova, ordenó sacerdotes a los claretianos Yohanes Benjitu Bareto y Dionisius Paskalis Nandut. La celebración tuvo lugar en la iglesia San Antonio Mª Claret, de Vic, donde se encuentra la Casa Madre de los claretianos. Asistieron un buen grupo de claretianos de Cataluña, y otros venidos de Colmenar Viejo, donde ambos han estudiado. Había también representantes de otras ramas claretianas, y amigos y feligreses de las parroquias donde ellos desarrollan actividades pastorales los fines de semana.

El obispo Romà Casanova destacó el simbolismo tanto del día como del lugar escogidos para la celebración. Por un lado, la festividad de san Pedro y san Pablo, apóstoles y mártires, columnas de la Iglesia, y por otra, la iglesia que tiene como patrón a san Antonio Mª Claret, apóstol ardiente del Evangelio.

Al comenzar la celebración el P. Máxim Muñoz, Provincial de los claretianos, dio la bienvenida y agradeció la presencia de todos los presentes para acompañar a Dion y Benjitu en el día de su ordenación. Dedicó unas palabras en indonesio a la Sra. Elisabeth, madre de Benjitu. Y saludó de manera especial a los feligreses de las parroquias “Cor de Maria y San Tomàs”, de Barcelona, ​​y Balàfia, de Lleida donde Dion y Benjitu realizan tareas pastorales los fines de semana. Animó a los ordenantes, una vez culminada la etapa de formación, a ser sacerdotes según el espíritu del Padre Claret.

En la homilía, el obispo Romà les recordó que, como sacerdotes misioneros claretianos, deben vivir la urgencia de llevar el Evangelio a todos los pueblos, y les animó a seguir el ejemplo misionero de Pedro, Pablo y Claret, y como ellos, ser personas enamoradas de Cristo. También les animó a dejarse conducir por el Espíritu como ellos hicieron, y que tuvieran a la Virgen como estímulo de esperanza. En otro momento, Mons. Casanova felicitó a Benjitu y Dion por su ordenación sacerdotal. Felicitó también a la familia claretiana, y a todos los cristianos porque, toda ordenación sacerdotal es un bien para toda la Iglesia.

Especialmente emotivo fue el acto propio de la ordenación: las promesas de los candidatos a ser sacerdotes, la unción de sus manos, las letanías a los santos, y, en silencio, la imposición de las manos a cada uno de ellos, en primer lugar del obispo y a continuación de todos los sacerdotes concelebrantes. A continuación, Benjitu y Dion pasaron al altar donde, junto al obispo, siguieron la celebración de la Eucaristía, ya como sacerdotes.

En el capítulo de agradecimientos, Dion, en nombre propio y de Benjitu, manifestó su felicidad por llegar al sacerdocio, aunque habían tenido que superar muchos obstáculos. Felicidad, por otra parte, que quedaba patente en sus rostros. Y a continuación, los dos nuevos sacerdotes interpretaron una canción en indonesio, acompañándose de la guitarra (Dion) y la armónica (Benjitu). Obviamente la letra no se entendió, pero la melodía era tan bonita, que los asistentes se lo agradecieron con un largo aplauso.

Después todo el que quiso, pasó a besar las manos ungidas de los nuevos sacerdotes y felicitarles personalmente.

Terminada la celebración, Dion y Benjitu recibieron obsequios de las respectivas comunidades parroquiales.

El grupo de Balàfia, entre otros, se quedó a comer en la Casa de Espiritualidad de los claretianos. Allí, en la sobremesa, Benjitu y Dion volvieron a cantar unas canciones en varias lenguas. Al cantar en indonesio se les unieron los otros indonesios presentes y la madre de Benjitu, y entre todos nos hicimos pasar un rato muy agradable.

Después de comer, el grupo de Balàfia visitó el museo del P. Claret que está ubicado allí mismo. Así recordaron detalles de la vida y apostolado del santo, dedicando especial atención a los famosos zapatos que una familia en Lleida le cambió por otros nuevos.

El próximo domingo, 7 de julio, a las 12 del mediodía, Benjitu celebrará su primera misa en nuestra iglesia. Todos estamos invitados a acompañar-le y a dar gracias a Dios por este regalo que nos hace de dejarlo en nuestra parroquia un curso más.

Conxita López Torres