La Sagrada Familia

Cicle: 
C
Temps: 
Nadal
Domingo, 30 Diciembre 2018
P. Josep Vilarrubias Codina, cmf

La Sagrada Familia nos ilumina cómo hemos de ver y de vivir la vida

¡Qué tema el de la familia, hoy! De sí misma la familia es el núcleo llamado a incubar la felicidad de unas personas unidas en el amor matrimonial, maternal, paternal, filial... Todos nosotros formamos parte de una familia en la que hemos vivido el amor, la alegría, el caminar juntos con sentido y con esfuerzo, donde hemos afrontado las dificultades llegadas de fuera o del interior. Las dificultades y las crisis son prueba de fuego donde el oro se purifica y la quincalla se desintegra.

Mucha quincalla habrá entre nuestra gente a la vista de tanto desbarajuste en torno a la familia, sea en el hogar sea en sociedad. ¡Cuántos sufrimientos, cuántos silencios angustiados, cuántas criaturas sin una referencia filial sana! Ya en los años previos, muchos y muchas adolescentes han crecido sin una luz clara que les haga valorar el sentido y la grandeza del amor matrimonial en familia.

Pero no seamos negativos, porque en medio de todo esto encontramos por todas partes innumerables matrimonios, padres, madres e hijos y abuelos (padrins en Lleida), que mantienen viva y sana la relación familiar. Sabemos que no todo es llano y se presentan dificultades. Cuando hay disposición de superarlas, las dificultades son el fuego que purifica el oro.

Hoy, fiesta de la Sagrada Familia, la liturgia nos ilumina de cómo hemos de ver y de vivir la vida familiar según el proyecto de Dios Padre/Madre.

Al hablar de la convivencia familiar entendemos también otras formas de familia como son las comunidades religiosas, las parroquias e incluso la convivencia ciudadana.

Una sana convivencia familiar brota del amor fiel en la aceptación de la persona, en el respeto, en la comprensión, en el compartir, en los gestos de reconciliación.

Nótese que fuera del Evangelio, hoy las otras lecturas pueden ser alternativas. (Del 1º Samuel, salmo 83 y 1ª de Juan).

  • En la primera lectura, de Jesús hijo de Sira, siglo segundo antes de Cristo, se hace un elogio de los buenos hijos hacia sus padres, y entra en el detalle muy familiar de atender debidamente a los padres cuando se hacen mayores: Si el entendimiento del padre o la madre se debilita sé compasivo, no los menosprecies cuando te ves en plena forma.
  • El salmo es un canto a los esposos fieles: Dichoso tu, fiel del Señor que vives y sigues sus caminos. Tu esposa fructificará como parra en la intimidad de tu casa.
  • En la segunda lectura –capítulo tercero de la carta a los Colossencs– el apóstol Pablo entra vigorosamente en la dinámica familiar, una relación interpersonal dirigida a toda familia cristiana, sea en el hogar, sea en comunidad religiosa, parroquial, etc. Dejadme que os lo recuerde literalmente:

- Tened los sentimientos que corresponden a escogidos de Dios, santos y amados: sentimientos de compasión, de bondad, humildad, de dulzura, de paciencia. ¿No créis que estos son sentimientos de Jesús hacia las personas y sus circunstancias?

- Soportaros los unos a los otros. Soportar (del latín: sub-portare), significa saber llevar la carga del otro, aguantar cuando convenga. No es nada fácil, todos lo sabemos por experiencia. Solo se soporta al hermano si hay valoración de la persona, dominio de sí mismo y amor.

- Si algunos tuvieran quejas contra otro, perdonaos. Y da la razón:

El Señor os ha perdonado, perdonad también vosotros. Ya Jesús nos enseñó a decirlo en la oración del Padrenuestro. Quien no perdona no tiene paz en el alma ni comunión con Dios... El perdón trae alegría donde el resentimiento lleva tristeza.

- Y por encima de todo esto amaos, que el amor todo lo ata y perfecciona. ¡Cuántas cosas vivimos y compartimos! El lazo de todo es el amor.

- Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestros corazones los combates que mantenéis. Así es como podemos ser instrumentos de la paz del Señor.

- ¡Y sed agradecidos! El agradecimiento es un hilo de oro en nuestra relación con Dios, y también con los hermanos.

- Que la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza. La fidelidad a la Palabra de Cristo nos hace libres y nos dinamiza para la paz interior y para nuestra entrega personal.

- Agradecidos a Dios, tocad en vuestros corazones con salmos, himnos y cánticos del Espíritu. Estimemos y roguemos, hagámoslo en familia y seamos agradecidos.

  • ¿Y el Evangelio? Me he alargado más de la cuenta pero si se me permitís, aquí tenéis algunos puntos:

- A los doce años Jesús va en familia al Templo de Jerusalén y sin previo aviso, se queda. Disgusto y angustia de los padres: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?... Jesús responde: ¿Y no sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?

- Ellos no comprendieron esta respuesta.

- Después bajó con sus padres a Nazaret y les obedecía.

Los padres se encuentran con la respuesta de un hijo adolescente. Pero María y José tienen que entender que el Padre que lo ha enviado está por encima de todo, también de la propia familia. Él sabe dónde va, a pesar de los problemas que ello conlleva.

La angustia de madre nos remite a tantas inquietudes de padres que ven cómo los hijos se les van de las manos. ¡Que no hay que entenderlo todo!

Por la bondad del corazón de vuestros hijos intuiréis cómo Dios, su Padre los ama y a su manera los va conduciendo.

Y no olvidemos que vuestra paternidad/maternidad se sitúa en la paternidad/maternidad de Dios.

Y, sobre todo, que los problemas de familia no os hagan perder el sentido positivo de guardar en el corazón los recuerdos de lo vivido con los hijos.

¡QUE TENGÁIS EN FAMILIA
UN AÑO 2019 LLENO DE BENDICIÓN!

Tipus recurs pastoral: