Festividad de Todos los Santos

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Santoral
Data : 
Miércoles, 1 Noviembre 2023
Dejarnos tocar por los testimonios de vida auténticamente cristiana

Queremos darte gracias, Padre,
por tantas personas buenas
con quien tenemos el gozo de convivir cada día,
que nos dicen que es posible seguir a Jesús
y vivir con los valores y criterios del evangelio.

Sabemos muy bien que somos miembros
de esta Iglesia y humanidad
que es al mismo tiempo santa y pecadora;
pero hoy queremos agradecer
y dejarnos tocar por los testimonios
de vida auténticamente cristiana
que existen por doquier,
y queremos pedirte, Padre,
que nos ayudes a ser personas dedicadas
a ayudar y a servir, a preocuparnos
para que nuestra sociedad
sea mejor y vivamos más como hijos tuyos.

Te damos gracias por las personas
que tienen la humildad de no pensar apenas
en el propio bienestar o salvación individual;
por todos los que se desviven
cuando las cosas les van mal a los demás;
por tantas mujeres y hombres que no actúan
por interés económico o de poder
sino por verdadera solidaridad;
por las personas transparentes
que no esconden segundas intenciones
o intereses egoístas;
por aquellos que no se desaniman
ni se echan atrás
cuando encuentran dificultades,
cuando no encuentran apoyo
o nadie les agradece
el bien que hacen a los demás.

Te damos gracias, Padre,
por todos los que creen
que es posible un mundo mejor
tal como Jesús lo ha propuesto y vivido.
¡Ayúdanos a vivir así!

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Del primero al último

Hoy os recordamos y os celebramos a todos,
Santos de Dios, de toda clase y condición,
hermanos nuestros,
que tenemos el gozo de saberos en el cielo
intercediendo a favor nuestro.

Las semillas de Evangelio han dado fruto -durante siglos-
para miles de millares, para millones:
multitud de personas
habéis llegado felizmente a la meta,
y ahora sois nuestros ejemplos en el camino.

La gran mayoría no fuisteis famosos, como tampoco nosotros.
Hombres y mujeres anónimos, de todas las edades;
también, sin duda, muchos a los que habremos tratado,
que habéis formado parte de nuestra vida, de la familia,
del barrio, del pueblo, del trabajo, de donde sea.
Sacerdotes, profesores, monjas y vírgenes, mártires,
conversos, obreros, oficinistas, enfermos, discapacitados,
vecinos y vecinas, ciudadanos, misioneros, buena gente.

Elevamos la mirada a la -ya vuestra- bienaventurada Patria
y pedimos a Dios que podamos alabarlo eternamente,
en compañía de los santos ángeles y de todos vosotros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La fiesta de hoy es un canto a la vida

Señor, nos cuesta entender
que la fiesta de hoy sea un canto a la vida.
Las visitas a los cementerios
nos hacen perder de vista
que hoy es nuestro gran día.
Nos recuerdas que todos somos parte de Ti
y que piensas en nosotros y nos amas.

Señor, la presencia
de las personas que nos hicieron bien
es el mejor regalo que puedes hacernos.
Gracias porque el amor
siempre deja huella en nosotros.

Señor, haznos semejantes
a tantos santos anónimos que con su trabajo
y su amor han cambiado el mundo.
Que cuando las cosas vayan mal
recordemos que en ningún momento
perdieron la esperanza.

Señor, queremos pedirte por las personas
que dan su vida por los demás.
Nadie se lo agradece ni reconoce, ayúdales
y haznos más conscientes de su servicio. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tú, Señor, haces felices a los que te reconocen en los pobres

Decía san Francisco de Sales
que un santo triste es un triste santo.
Una cierta espiritualidad me había hecho pensar
que el denominador común de los santos
era el heroísmo. Pero no: ¡es la felicidad!

Tú, Señor, haces felices a los que te reconocen
en los pobres y se hacen como ellos,
a los que no rehúyen las lágrimas
y corren para consolar y llevar esperanza,
a los que trabajan por la justicia,
los solidarios, los honestos,
los que prefieren perder antes que traicionarse,
los que prefieren morir
antes que negarte o negar a la humanidad.

Tu santoral, Señor, es inmenso:
gente de todas las edades, condiciones,
creencias y culturas, con vidas de novela,
vidas ejemplares, vidas sencillas
y vidas para olvidar.
Yo también quiero estar, Señor.
Gracias por indicarme el camino,
que son las bienaventuranzas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Quieres que seamos semejantes a ti

Dios y Padre de Jesucristo y nuestro,
hoy queremos darte gracias
por la gran prueba de amor que nos ofreces:
nos reconoces como hijos e hijas
y quieres que seamos semejantes a ti. 

Te damos gracias porque nos has creado
para la vida y la felicidad compartidas
con todos los que tú amas. 

Has puesto en nosotros el deseo de buscarte
y de no descansar hasta que te encontremos. 

Te agradecemos porque nos das la certeza
de que no seremos defraudados. 

Y por tantos hombres y mujeres de ayer y de hoy
que han confiado totalmente en ti. 

Ayúdanos a buscarte y a buscar
el bien y la felicidad de todos
por los caminos que tu palabra,
y sobre todo tu Hijo, nos indican. 

Tú nos recuerdas que no confiemos en ídolos
y que vivamos en sinceridad total. 

Que no nos cansemos ni abandonemos
ante las dificultades o las dudas,
sino que tengamos el coraje de creer
en la fuerza de tu amor y tu misericordia. 

Ayúdanos a vivir de tal modo
que el mundo de hoy pueda creer
que de veras vale la pena
seguir el proyecto vivido por Jesús.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Han vivido las bienaventuranzas, y ahora son bienaventurados

Señor, te damos gracias por todos los santos,
por todos los hombres y mujeres que te han conocido,
y este conocimiento ha transformado sus vidas.
Tú has limpiado su corazón
para que te puedan contemplar,
y esa contemplación los ha santificado.

Comparten la alabanza de los ángeles en el cielo,
pero también conocen los sufrimientos de la humanidad.
Han creído y han vivido las bienaventuranzas,
y ahora son bienaventurados.

Han soportado dificultades y persecuciones,
sufrimientos e incomprensiones,
calumnias y contrariedades,
pero lo han vivido todo con fe,
con esperanza
y, sobre todo, con caridad.

Tú no los has abandonado,
los has rescatado y les has permitido
vivir la plenitud de tu paternidad.

Son un ejemplo para nosotros,
un testimonio vivo que nos anima a seguir sin desfallecer,
soportar pacientemente los momentos de tribulación,
consolados por la esperanza que jamás nos defrauda.

Señor, purifícanos de nuestras carencias,
haznos limpios de corazón
para que podamos contemplar tu rostro.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, nos llamas a ser felices

Gracias, Señor, porque tus bienaventuranzas
son para nosotros una memoria activa
de tu proyecto de santidad
al que estamos todos llamados.
Gracias porque leerlas a fondo
despierta el vértigo que nos provoca
reajustar nuestra escala de valores,
en medio del sinsentido
en el que a veces nos sentimos atrapados
en la vorágine de nuestro mundo.

Gracias, Señor, porque quieres para nosotros
la plenitud, y nos damos cuenta de que cada vez
que apostamos por el no compromiso,
por la falta de profundidad…
nos alejamos de tu proyecto.
Tú que eres la plenitud de vida,
no puedes dar por santo
ningún proyecto vacío.

Gracias porque nos propones
una disposición interior,
una entrega radical y total,
sin condiciones ni reservas,
que nos ayudan a crecer cada día en el amor.

Gracias por todas las personas
que nos bendicen
con su forma de vivir,
y que nos son imagen
de tu presencia cercana y palpable.

Que nos abramos a la aceptación del misterio,
no por incredulidad, sino
como un acto de confianza
y que sigamos luchando todos los días
por ser buena gente, mejores personas.

Gracias, Señor, porque nos llamas
a ser velices siendo imagen de tu Hijo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret