Domingo XVIII del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 6 Agosto 2023
Eres un Dios cercano que escuchas siempre el clamor de los que te invocan

Señor, gracias porque eres un Padre
atento a las necesidades de tus hijos.
Escuchas siempre sus inquietudes,
curas las enfermedades que los debilitan,
pronuncias la palabra que los anima
y los alimentas cada día con tu pan.

Te pedimos perdón porque, a veces,
intentamos satisfacer nuestros anhelos con otros dioses,
dedicamos tiempo y afecto a ídolos
que nos satisfacen.

Nos cuesta entender la gratuidad de tu Amor,
aceptar que no podemos comprarlo ni merecerlo.
Por eso no siempre lo valoramos suficientemente.

Tú, en cambio, te compadeces
de aquellos que te buscan.
Quienes van a tu encuentro
reciben tu alimento hasta quedar saciados.

Eres un Dios cercano que escuchas siempre
el clamor de los que te invocan.
No los despides cuando se hace tarde,
sino que les das de comer
y recuperan energías para continuar el camino.

Gracias porque ni siquiera el disgusto
por la trágica muerte de tu precursor
te impidió mostrarnos tu Amor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Dadles vosotros de comer

Somos tu pueblo, Señor,
un inmenso gentío
que generación tras generación,
peregrinamos por la tierra, sin detenernos,
caminando exhaustos, agotados, sedientos
por desiertos sin horizonte, en ocasiones terroríficos.

Necesitamos tu palabra, alimentarnos de ella,
fortalecernos, y confortarnos con sólo verte,
a ti, auténtico buen Pastor de nuestras vidas.

Estamos dispuestos a pasar hambre por escucharte,
ya que sacias el hambre más elevada, la del espíritu;
pero no sólo esto, no, hoy estás espléndido:
panes y peces abundantes
para cinco mil hombres
…y las mujeres, y los niños –no los olvidas.

Comienzan los banquetes populares, solidarios, festivos
de lo que tú llamas el Reino de Dios,
que es república de todos en Dios, hermandad,
igualdad de tus discípulos y seguidores,
llamados a ser hijos, a dar gracias al Padre,
bien servidos, a tu mesa de la Eucaristía.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Escuchar la voz del Padre

Jesús, te conmovió el asesinato
del profeta y precursor tuyo, Juan;
te detuviste a reflexionar y orar: tú
corrías el riesgo de seguir el mismo destino
que el profeta. Y no te echaste atrás:
¡te damos gracias por ello!

Hoy nos enseñas también el valor de
saber escuchar la voz del Padre que habla
a través de las necesidades y anhelos
de los pobres de todos los tiempos,
y a responder con la misma compasión
propia de Él y tuya.

Con tu gesto de acogida, de invitación a
compartir, de preocuparte de los que te buscan,
nos dices que nosotros hagamos lo mismo.

Que no tengamos miedo de hacerlo, aunque
tengamos que cambiar nuestros proyectos,
o alguien pida nuestra atención en
tiempo de vacaciones o cuando estamos ocupados.

Que la Eucaristía sea siempre signo
de una Iglesia que se preocupa de acoger,
que es sacramento de la alianza entre
Dios nuestro Padre y toda la humanidad;
de una Iglesia que ayuda a descubrir
la felicidad de ponerse al servicio de todos,
el gozo de creer que nada ni nadie
podrá separarnos de Dios que tanto nos ama.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Enséñame a escucharte en la voz de los pobres y los pequeños

Parece que no te hacían mucho caso, Jesús.
Tu apariencia debía ser vulgar,
tus palabras lenguaje corriente,
hablando de Dios como quien habla
de pastores, peces, campos y viñas
y de cosas de familia.
¿Cómo se puede escuchar seriamente
a quien no tiene donde recostar la cabeza?
¿Cómo podemos hacer caso de un crucificado?

Por eso se tuvo que oír la voz:
Este es mi Hijo, escuchadlo.

Enséñame, Señor, a escuchar
a tanta gente invisible y vulgar
que no tiene donde reclinar la cabeza,
a tanta gente golpeada por la vida
o condenada injustamente
por una sociedad que no atiende
las necesidades de los más débiles.

Enséñame a escucharte
en la voz de los pobres y los pequeños.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret