Señor Jesús,
en la celebración hemos escuchado
que tú eres la imagen de Dios,
de este Dios que creó la humanidad
a su imagen y semejanza.
Te damos gracias porque nos ayudas
a descubrir el proyecto de Dios
y a vivir de acuerdo con él.
Contigo, Señor Jesús,
queremos sentir el dolor
por tantas personas en las que
la imagen de Dios está desfigurada.
A veces debido al egoísmo,
violencia, ambición de enriquecimiento
o desprecio de otras personas.
A veces porque no hay quien les ayude
a descubrir el valor de la propia vida.
Como tú, Señor Jesús,
queremos actuar con espíritu samaritano,
acercándonos a cada persona
y considerándola hermano o hermana,
pensando más en el bien de los demás
que en nuestras propias necesidades.
Y promoviendo, con la ayuda de tu gracia,
un mundo más humano y solidario
donde nadie quede malherido en el camino.
Señor Jesús,
en la celebración hemos escuchado
que tú eres la imagen de Dios,
de este Dios que creó la humanidad
a su imagen y semejanza.
Te damos gracias porque nos ayudas
a descubrir el proyecto de Dios
y a vivir de acuerdo con él.
Contigo, Señor Jesús,
queremos sentir el dolor
por tantas personas en las que
la imagen de Dios está desfigurada.
A veces debido al egoísmo,
violencia, ambición de enriquecimiento
o desprecio de otras personas.
A veces porque no hay quien les ayude
a descubrir el valor de la propia vida.
Como tú, Señor Jesús,
queremos actuar con espíritu samaritano,
acercándonos a cada persona
y considerándola hermano o hermana,
pensando más en el bien de los demás
que en nuestras propias necesidades.
Y promoviendo, con la ayuda de tu gracia,
un mundo más humano y solidario
donde nadie quede malherido en el camino.