Jesús es el rostro visible del Padre y la expresión de sus entrañas de madre
1. Cuando los contemporáneos de Jesús esperaban un mesías victorioso que los liberara de los poderes opresores, Él les recuerda el anuncio del profeta Miqueas: el Mesías hará la entrada triunfal a Jerusalén no montando un fogoso caballo de guerra sino a lomo de un asno, un animal pacífico, de andar por casa. Su poder no se basa en un ejército victorioso, sino en la paz, el único bien que hace florecer la vida en la tierra.