Vosotros sois la luz del mundo. Vosotros sois la sal de la tierra.
Luz y sal son dos símbolos universales que aparecen en todas las culturas y tradiciones religiosas. La luz muestra lo que la oscuridad no ofrece; la sal preserva los alimentos y les da consistencia y sabor.
Jesús acababa de proclamar las Bienaventuranzas. Si las leemos con atención nos sorprenden y si las acogemos con el corazón nos convierten, cambian nuestra mirada y nuestra vida.